Antes de empezar el comentario y para que no parezca un publirreportaje voy a explicar que fuese dos veces a este restaurante y a otro en Porto Sao Mateus, con el mismo nombre.
La primera visita fue totalmente premeditada ya que teníamos buenas referencias, pero la segunda visita se debe a un red de circunstancias O´Chico y Adega Lusitania estaban cerrados ( era domingo y de ambos teníamos buenas referencias ) queríamos ir Casar de Angra en el puerto ( espero haber escrito el nombre bien) ya que estuvimos tomando unas cervezas y nos gustó el sitio, llegamos nos sentamos y cuando ya habíamos decidido que tomar el jefe de sala se acerca y nos comenta que no puede tomar más pedidos ya que se acaba de estropear uno de los hornos y no sabe cuándo podrá atendernos, nos habla de una hora o más de espera… y al mismo tiempo nos da una serie de recomendaciones, todas nombradas anteriormente, excepto Marcelinos que también teníamos en cartera, nos dirigimos a este último ( 3 minutos andando) y observamos u nutrido grupo de gente que entra y otro más que nos adelanta, con lo que decidimos quedarnos en el Beira Mar que está a medio camino y nos pareció interesante.
En la isla también nos recomendaron ir un día a comer a Porto San Mateus, puerto de pescadores a cenar en alguno de sus restaurantes, cuando una noche fuimos a cenar dimos una vuelta por el pueblo y por el puerto, en este encontramos diversos bares, alguno con un aspecto… y el único restaurante que encontramos, lleno eso si fue el Beira Mar, que desconozco si es de los mismos propietarios.
Dicho todo esto paso a los comentarios.
El restaurante está en la planta baja de un hotel, con una bonita terraza desde que se ve el puerto y el monte Do Brasil, realmente agradable donde cenamos la primera noche, en el interior tienen dos salones de lo más clásico, con tonos blancos, la cocina está abierta a las miradas de los clientes. Las mesas con manteles blancos impolutos, buen nivel de platos y las copas un tanto pequeñas para mi gusto.

El primer día, después de los aperitivos que nos cobraron como cubierto1.95/per que fueron queso fresco de cabra, una salsa picante u unos pates, que estuvieron bien, tomamos Bacalhau a Minhoto, bacalao al horno, recubierto de patatas y cebollas, cuyo único defecto es que quemaba mucho y polvo grelhado, pulpo a la parrilla estupendo ( yo llego a Portugal y no paro de darle al pulpo) para beber agua y de su escueta carta de vinos tomamos Frei Gigante, vino blanco de la cercana isla de Pico que nos gustó mucho, esta recomendación es del camarero que nos atendió y acertó plenamente, y un café para la jefa, total 43.05 €
El segundo día, en el que por cierto nos dijeron que tardarían un poco en servirnos, lo mismo que la otra vez que estuvimos, en mi opinión si tiene mucha gente se ponen nerviosos…tomamos pez espada a la plancha y pulpo al estilo terceirense, el pez espada impresionante el pulpo bien pero mejor a la plancha, una mousse de chocolate, buena, para beber frei gigante y agua, además del consabido café de la jefa. 44€
En mi opinión un buen restaurante al que se puede acudir con toda confianza en busca de una buena materia prima y elaboraciones sencillas, si vuelvo volveré, aunque quiero probar todo lo que me falta.