Somo es una de las playas más concurridas en Cantabria y lo cierto es que la zona ha sufrido por ello una importante masificación, también en la hostelería donde el nivel general resulta bastante decepcionante, quedando quizá como opciones más destacables El Galeón y La Caracola, que además están al lado uno del otro. Como el año pasado no terminamos por salir completamente satisfechos del primero a pesar de la indudable calidad del producto que maneja, este año decidimos comer en La Caracola tras una de las pocas mañanas playeras que pudimos disfrutar.

Local sencillo con el comedor situado en una terraza cerrada, que obviamente en verano está abierta en los laterales, sin mayores lujos pero cómodo. Casi todas las mesas ocupadas. La cocina no tiene mayor misterio que apostar por un buen producto marino y manejar bien la plancha, dos cosas que aquí están aseguradas. Comenzamos con una ración de percebes (20€, a 80€/kg), que si bien no están en su mejor época sí que resultaron muy buenos y con un tamaño correcto. continuamos con las almejas de Pedreña en salsa (17€), que estaban francamente buenas, se trata de una cepa japonesa (la original de Pedreña ya prácticamente no existe), pero “cultivada” allí y lo cierto es que tienen un tamaño, sabor y textura especiales, además la salsa con el picante justo y mínimo. Y como éramos 4 personas, nos ofrecieron un rodaballo de aproximadamente 2kg (66€ en total) que resultó excelente, muy bien pillado el punto de la plancha y con una calidad de género indiscutible. De postre, lo más destacable el tiramisú (4€), casero y muy bien hecho y la fruta, en especial la piña y el melón, con piezas seleccionadas con criterio. Más floja la tarta de hojaldre.

Carta de vinos simbólica y comercial, con un excesivo predominio de tintos de Rioja-Ribera, es algo que sinceramente no entendemos en un local especialista en pescados y mariscos. Dos o tres cavas, el consabido Moet, los tres verdejos, cinco albariños y el resto tintos….ayayay. Pedimos un Mar de Frades 2012 (20€) que por lo menos cumplió. Las copas correctas, eso sí. Y los vinos conservados en cava climatizada. Servicio atento y amable, con experiencia, nada que ver con otros locales playeros.

Pues al final hay que reconocer que salimos contentos de esta casa porque cumplieron con lo esperado, buen producto marino y tratado con esmero, servicio amable y precios ajustados para el nivel de lo recibido, en nuestro caso 35€ por persona. Sin duda la mejor opción de Somo junto con El Galeón, quizá este último con más calidad de producto pero con una RCP más desfavorable, aunque con una carta de vinos mucho más completa, eso es cierto. Un local recomendable en cualquier caso.