Restaurante Mexsia en Santander
Restaurante Mexsia
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
35 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
-
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de Mexsia
OPINIONES
2

Para completar un poco el comentario anterior que es muy completo,el local, tiene dos espacios diferenciados uno con una barra y mesas altas y otro con un comedor más convencional.
El día que fuimos estaba lleno de gente, con un ambiente que yo definiría como de pijerio, mucha gente viendo y dejándose ver...al entrar preguntamos si podíamos cenar y nos dicen que si, ya que se ha producido una anulación (así que éxito tiene) nos sentamos en la mesa y nos ofrecen la carta, aquí tienen un fallo ya que no me dan la carta de vinos... luego la pude dar una ojeada, me pareció mucho vino tinto para este estilo de comida y los precios un poco altos, pero esto lo confirmare en la próxima visita (tengo que volver con unos amigos).
Pedimos ceviche acapulqueño, tiradito de bonito, aguachile de dorada, gorditas norteñas y costillar confitado, todo bueno, los que mas nos gustaron el ceviche y las gorditas norteñas, pero sin enamorar.
para beber cerveza Inedit, bien y de postre rocas de chocolate y crema de jengibre, ricos.

El montante total 72€ que no es excesivo, pero tampoco barato para lo comido, las raciones no son tales sino medias, así que tienes que tomar unas cuantas cosas si vas bien de hambre
no tengo muy claro el futuro en inverno de este restaurante me dijeron que introducirían nuevos platos, yo personalmente creo que debieran crear un menú degustación que cambiase en función de la temporada.
Cuando vuelva veré su evolucion

Mexsia, México y Asia, es la nueva propuesta de Oscar Calleja (Annua – San Vicente de la Barquera) en Santander. En ella aglutina dos tendencias culinarias, la mexicana que le viene de familia donde vivió hasta una edad bien temprana, y la asiática, que gracias a sus viajes en los meses en que el estrellado de San Vicente permanece cerrado, ha ido aglutinando en su bagaje culinario.

Un pequeño soplo de aire fresco para una oferta gastronómica (la santanderina), algo inmóvil, donde las nuevas aperturas suelen estar focalizadas en “más de lo mismo”, pudiendo decir que se toman poco riesgos en los nuevos negocios culinarios. ¿Será el huevo ó la gallina? ¿Será la oferta ó el público clásico santanderino?. Pasos adelante como el de Oscar y sus socios nos podrán ir perfilando la respuesta a este dilema. Mi visión, se trata más de la oferta que del público, si lo que se come está bueno y a un precio competitivo habrá público.

En esta primera visita, nos hemos decantado más por la vertiente mexicana, que es donde creemos que el chef se siente más cómodo por esos antecedentes mencionados.

Mientras esperamos, totopos con diferentes salsas, y niveles de intensidad, y un aperitivo de la temporada pasada del menú experience de Annua, la tortillita con pato pekinés. Se agradece que esos ”minutos muertos” mientras comienzan a llegar las comandas, no sean tan apagados, y además de beber, ya se comience a degustar lo que puede venir después. Un aperitivo debe ser una representación de la comida que se está comenzando, y aquí lo es, México y Asia en un solo bocado.

Rápida visita a San Vicente de la Barquera, con dos ostras, la primera con lichi (uno de los clásicos de Annua), y la segunda denominada Mexsia, que llevaba cilantro y chiles. Esta última más agresiva nos ha encantado, sabores secuenciales, acidez (cilantro) y picante (chiles).

A continuación un tiradito de bonito con chalota y mandarina , ligeramente marinado sin casi aporte cítrico para no tapar el sabor de un pescado que en crudo me parece delicado. La chalota le da simplemente textura crujiente a un plato elegante, que eleva al túnido, dejándole todo el protagonismo sápido. Habrá que aprovechar durante la temporada para deleitarse con este bocado.

Seguiríamos con el aguachile de camarón y callo de hacha (vieira) con guacamole ligero de habanero. De nuevo esa conjunción de sabores ácidos y picantes, sin además ser demasiado punzantes, nos lleva directos al deleite. La vieira no excesivamente fina en su corte, lo cual es un acierto, tanto por mantener algo de su gusto como para añadir una textura de mayor volumen. Se puede acompañar de unos totopos (a la derecha de la foto), al final se trata de maíz que suele estar presente en platos similares como los ceviches. Oscar me comenta que como en caso de Punto Mx están haciendo los totopos en casa, lo cual siempre es de agradecer. Muy recomendable.

Se da un pequeño paso atrás, teniendo en cuenta que se ha empezado a alto nivel, con el nigiri de gambón con frijol frito. Mejor lo soportado que el soporte (arroz), al cual le desproveería del alga nori, dándole la forma del nigiri más clásico y reduciendo un poco su cantidad; de forma que el crustáceo tuviera más relevancia.

Regresamos de nuevo a México con las gorditas norteñas de vieira y carabinero, mordisco de mayor contundencia, tanto por el relleno como por las tortitas en sí (de mayor grosor, y fritas). En su interior, los mariscos troceados, junto con chiles no picantes, y cebolla. Agradable.

Para finalizar, las dos versiones de tacos que hay en la carta. Por ahora (seguro que deparará en el futuro más sorpresas) dos clasicazos como los tacos al pastor, realizados con presa ibérica y los tacos de carnitas que se sirven con chipotle aparte para administrar la bravura al gusto. Generosa ración, cuatro unidades en cada una de ellas. Si tuviera que elegir entre los dos, me quedaría con los segundos, de mayor gustosidad, la carne con una textura más agradable, y más sencillos de comer. De los primeros, me sigo quedando por ese contraste del cerdo con la piña, y la frescura que le aporta la fruta.

En el apartado dulce, buscábamos algo fresco que nos ayudará a comenzar la digestión, y creo que nada mejor que la crema de jengibre con sorbete de lichi. Se sirve en frío para acrecentar esa experiencia de limpieza. Muy elegante, y nítido en su gusto, dando un giro radical al foco más mexicano de nuestra elección. De esos postres, de fácil ingesta, independientemente que tengas ó no hueco en el estómago. Broche perfecto para una buena cena. Sobresaliente.

Carta bastante extensa, dirigida a compartir, para ampliar esa informalidad que tiene el local y la proposición. Sin clasificaciones, ni divisiones, un día puede ser América, otro día puede ser Asia, otro una aleación de las dos, resultando en un planteamiento para que el comensal repita. En la cocina, personas de la confianza de Oscar Calleja, que antes han sido jefes de cocina en Annua, y ya tienen interiorizado su estilo. Pulcritud y elegancia para un tapeo internacional, diferente a esa tradicionalidad santanderina sin apenas dinamismo. Volveremos para hacer un pequeño viaje, ésta vez saldremos hacia el este.

Post completo y fotos en http://www.complicidadgastronomica.es/?p=3939

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