Producto gallego con toques creativos.

Acudimos a este restaurante por la recomendación de un buen amigo.
Se trata de un local de reciente apertura y perteneciente al grupo Abastos 2.0, donde ofrecen una propuesta creativa, informal, divertida y donde se le da la máxima importancia al producto gallego.
Tras pasar la mañana en la playa de Carril y previa reserva, nos presentamos a la hora indicada.
El restaurante está ubicado al pie del mar, con una pequeña terraza muy chula donde poder tomar un aperitivo o una buena copa después.
El interior es de piedra pintada en blanco, muy luminoso, todo muy básico pero muy acogedor, la cocina está a la vista del comensal.
Nos sentamos a la mesa y en esto que viene el camarero a traernos las cartas, nos quedamos mirándonos y comentamos a la vez "yo a ti te conozco" es lo que tienen las redes sociales, un abrazo Xosé.
En cuanto a la comida, disponen de un menú degustación que creo que rondaba los 50€ y la otra opción es elegir varios snacks, raciones y platos y montarlo a tu gusto, nos decantamos por esta última.

- Degustación de olivas gallegas, se presentan unas aceitunas aliñadas, aceite de oliva y esferificaciones de aceituna, todo con un buen nivel.
- Berberechos sobre lima, navajas al natural con un toque cítrico y almejas babosas abiertas a cuchillo y con un ligero toque de cebolla caramelizada, producto de primerísima calidad.
- Ceviche de xargo, sarda marinada en soja con un toque de cebolla y sésamo y percebe con espuma del agua de su cocción, otra vez producto de primera, pero el ceviche de xargo me llegó al alma.
- Mejillones al vapor sobre cama de guacamole y algas wakame deshidratadas, una docena de mejillones de un sabor y un calibre muy difíciles de encontrar fuera de galicia, se presentan sin su concha y listos para comer.
- Almejas en salsa, estando en Carril sería un crimen no pedirlas, una ración bastante generosa, calculo unas tres docenas de almejas de un calibre considerable, con una chicha bien gorda y una salsa con un ligero toque picante para mojar pan sin parar.
- Pez San Pedro, con un ligero rebozado y acompañado de una salsa que ahora no recuerdo muy bien, muy fresco, terso, de gran sabor, fue mi elección como plato principal.
- Tacos de bonito sobre salsa de tomate y sandía y caviar cítrico, lo eligió mi mujer, el punto del pescado perfecto, pero la salsa quizás quedaba un tanto sosa y no aportaba demasiado al plato.
- Gajos de manzana congelada, sorpresa total, que textuta, que sabor, un vicio, nos explicaron que las cuecen envueltas al vacío a baja tª con algún tipo de almibar y especias y luego las congelan, de 10.
- Texturas de chocolate con agua de mar, pues tal como suena el chocolate en forma de helado, brownie, trufa acompañadas de una especie de geleé de agua de mar, contraste dulce-salado que tampoco me sorprendió en demasía.
Hacer mención especial al pan de centeno que elaboran ellos mismos, una pasada.
La cría se comió una croca de ternera acompañada de patatas asadas con jugo de carne.

En cuanto al vino, disponen de una carta donde solo y exclusivamente hay vinos gallegos y a precios bastante ajustados, yo por supuesto encantado ;-)
Empezamos la comida con una copa del vino de la casa Fiestra, un albariño que la bodega Attis elabora para ellos.
Seguimos con una botella de Gorvia Blanco 08, servido perfecto de tª y en copas de calidad.
Y terminamos en la terraza tomando los cafés, una copichuela de vino dulce Armán 12 y un orujo blanco de albariño.
Restaurante totalmente recomendable que pienso volver a visitar cuando me acerque a Galicia.