Después de dejar pasar un tiempo,para no cansarnos,y acompañados por unos amigos,buenos comedores que no conocían el lugar,repetimos experiencia gastronómica con notable éxito.Optamos por el consabido menú,que como siempre estuvo a gran altura;destacando el cujiente de vieras y cococha,el pulpo,y los principales,aunque a alguno de los comensales que elegimos atún,el mismo se encontarba excesivamente hecho;jugoso y en su punto el rodaballo.Con permiso de Alejandro sustituimos el plato de cuchara-al ser cena nos pareció demasiada cantidad-por unas croquetas de marisco-sin duda lo más flojo de la noche-.Los postres,exquisitos.De bebencia optamos por una Albariño-Organistrum-que ya conociamos.Con los cafes y copas(Oporto,malta,moscatel y gin)nos sacaron unos petit fours.Muy buen servicio,atento y profesional.excelente RCP.
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