Excelente.

Estuvimos este sabado mi marido y yo para celebrar nuestro primer aniversario de boda, animada por las excelentes referencias que habia aquí en esta web. La impresión en general fue excelente, aunque con pequeños fallos.
Hay que matizar que es un local muy elegante, así que no hagan como nosotros, que fuimos de vaqueros (arreglados, pero con vaqueros al fin y al cabo). Para variar, las mesas estaban todas completas, señal de la calidad del mismo.
La decoración del local me encantó, así como la vajilla, cristaleria y cuberteria. Nos sentaron en una mesa para dos y decidimos pedir el menú de 30 euros que tan buenos resultados ha dado. Mientras mirabamos que vino escoger, nos pedimos un Martini blanco y una cervecita para abrir boca.
La empanada gallega estaba muy buena, pero considero que fué "el hermano pobre" de todo el festival. Pienso que en vez de ponerlo como plato para picar, estaría bien que lo pusieran como entrante antes del menú y a cambio poner de picar algo más consistente. Ademas, era solo un cuadradito pequeño y podrian haberlo adornado un pelin más.
El pulpo estaba perfecto, de los mejores que he probado. Y eso es mucho decir, teniendo en cuenta que mi madre es gallega y he probado mucho pulpo a la gallega. La patata era mantequilla pura, y el aceite junto con el pimenton tenian un sabor incomparable.
El plato de vieria con kokotxa de bacalao estaba sublime. Una vieria que practicamente se deshacia en la boca, y la kokotxa con muchisimo sabor. La combinación de sabores con el pil-pil y las verdurita acertadisima.
Para el plato de cuchara, yo escogí crema de calabaza con curry y mi marido caldo gallego, los dos platos estaban buenisimos. Tambien he probado mucho caldo gallego y puedo decir que estaba muy bien logrado, aunque el de calabaza aun estaba mejor. Como diria mi marido "estaban para rebañar el plato y no dejar gota".
Los platos principales exquisitos. Mi marido pidió cochinillo y yo atun en salsa de mostaza. El cochinillo buenisimo, pero el atun estaba increible, simplemente perfecto. Tanto le gustó a mi marido que se comió su plato y parte del mio.
Como ya estabamos quedandonos llenos, decidimos pedir el postre para compartir y opté por el chocolate con naranja y arbequina. Que deciros, un festival. Cada cucharada era un analgrama de sabores y texturas, e incluso la sal Maldon le daba un toque muy especial, francamente recomendable.
Para acabar, un café que estaba muy bueno, acompañado de unas pastitas, algo que se agradece para el final de una buena sobremesa. Hubiera estado genial un orujito, pero lo pasaremos por alto.
En cuanto al vino, una carta muy completa. El pequeño fallo fué que tardaron más de la cuenta en rellenar el vino en las copas, hasta que mi marido le soltó una indirecta amigable a la camarera. A partir de ahí, el servicio fué perfecto.
He de decir que quedamos los dos encantados, y desde luego, viendo la calidad-precio, no tardaremos mucho en volver.
Un saludo.

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