Forman una pareja perfecta. Sincronizada y con un profundo respeto el uno por el otro. El caso de José Miguel Bartual reconozco que ya es algo especial.
Por la noche tiene su encanto, pero el día es mágico; la luz, el azul, la brisa...
Es la segunda visita que visito a José Miguel en este pequeño espacio gastronómico ubicado en la zona de la marina, algo olvidada desde la desaparición de la Copa América. Pero señores, aquí viven, y casi lo digo literalmente, este gran jefe de sala y Raúl Aleixandre, quien tantas alegrías nos dio en Ca Sento.
En este pequeño cubo de cristal se disfruta de las vistas de la ría, del sol de mediodía o de la celebérrima luna de Valencia reflejada en el agua. Nada que objetar a una sala bien cuidada, con una distribución de mesas que permite la intimidad y cómodas mesas de grandes dimensiones.
Cocina de mercado, mediterránea, de proximidad y basada en el respeto por el producto, al que se le saca el mayor partido. A mediodía no se puede dejar pasar su menú, e intentar probar el arroz plancha.
Por la noche es mejor dejarse llevar por el menú degustación, 60€ que bien merecen la pena:
Empezamos por unos aperitivos:
Cornete de changurro a la donostiarra: aúpa ese changurro potente y rico.
Corte de foie con puré de manzana y vainilla: un bocado delicado que hace que el foie no se haga pesado.
Taco de atún marinado en soja con wasabi: pureza de sabores, equilibrio y respeto por el producto.
Continuamos con unas ortiguillas de mar perfectas de rebozado y, sin lugar a dudas, los mejores buñuelos de bacalao de la ciudad, míticos estos ligeros pero sabrosos buñuelos de Aleixandre.
Poco necesita una buena anchoa para mejorar y el riesgo es tan alto que mejor no tocarla. Pero aquí se juega en otra liga, se controla el producto y se conoce el potencial de cocina, así que majestuosa la anchoa en salazón sobre pimiento y berenjena asada.
Sepionets con vinagreta de piñones, otro de los platos clásicos que no deja de sorprender por su sencillez y excelente bocado.
Y a por por producto de nuevo: cigala en costra de sal.
Crema caliente de tupinambur y trufa negra de invierno, del mar a la montaña y el sabor puro de la trufa.
Salmonete en escabeche con chalotas, y es que el salmonete está de moda y como es un pescado tan rico, bienvenida sea la moda y este escabeche tan bueno.
Y de principal, denton salvaje, muy bueno, pero con alguna espina de más que me tuvo en alerta hasta que acabé el plato.
Acabamos con frambuesa, mascarpone y galleta de cítricos , postre ligero y fino, de los que me gustan.
La carta de Vinícolas hace honor a su nombre y es una de las mejores cartas de la ciudad, por número de referencias, por calidad y variedad de etiquetas y por el precio, bastante ajustado. Copas de calidad y servicio atento, esmerado, profesional y siempre pendiente del comensal.
Tomamos una copa de Champagne R.H. Coutier
Alqueruela 2014 de Miquel Navarro
Georg Breuer Terra Montosa Riesling 2012
Carmes de Rieussec Sauternes para el bocado de foie
Moulin-a-Vent Vielles Vignes 2010.
Forman una pareja perfecta. Sincronizada y con un profundo respeto el uno por el otro. El caso de José Miguel Bartual reconozco que ya es algo especial.
Por la noche tiene su encanto, pero el día es mágico; la luz, el azul, la brisa...
Uno en la cocina y otro en la sala son la combinación perfecta.
Va por estrella...
.....y al producto también se le respeta y mucho.
Sólo he ido una vez de noche y una de día. Por la noche se come mejor que por el día, pero el entorno mejora notablemente con la luz del mediodía.
Saludos
Dani
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.