Situado en la mejor de zona de Valencia, a espaldas de la Catedral, en una plaza tranquila, no en en balde vive la curia Valencia en sus alrededores, y junto al ya reconocido Abadia D'Espi, se alza este restaurante sobre las cenizas del desaparecido "Enopata" que ya paso a mejor vida.
En principio, mi juicio es escaso, pues solo he acudido en una ocasión con un buen amigo para cenar, cosa que hicimos en la terraza, viendo el Arzobispado iluminado, las noches de verano lo permiten y el lugar es inigualable, pero hay que dar algo mas, no se, me quede con la extraña sensación de haber comido poco, escasez en sus platos, aunque sea un menú cerrado de 20€, pero hoy ya hay alternativas muy competitivas por ese precio, porque ademas le añades vino, aguas, cafés, etc.
La comida esta bien elaborada, pero sin grande complicaciones, creo que puede ir a mas, y estoy seguro que lo hará, solo es cuestión de encontrar su valor diferenciador, no todo puede ser la ubicación.
Prometo volver por la mañana y comprador sus platos de cuchara, entonces tendré mas juicios y no serán de valor.
Suerte y saludos