Picoteo informal en este restaurante situado en el paseo marítimo de Caión, pequeño pueblecito marinero a pocos kilómetros de A Coruña.
El restaurante cuenta con una pequeña terraza con varias mesas altas y un par de mesas bajas para 4 personas. Dentro, alguna mesa en el bajo y varias más en la primera planta.
Para mí el atractivo reside en la situación, que si llevas niños hay que estar pendiente de si se caen al mar!!

Hasta allí nos acercamos después de una cena y vinos abundantes en la noche de San Juan, así que el hambre no era excesiva. Pedimos para compartir:

• Erizos rellenos. Los erizos abiertos y rellenos con una salsa difícilmente descriptible, con queso gratinado. Demasiadas cosas y muy poco sabor al erizo, que era lo importante.

• Tosta de pimientos y bonito. Una tosta para compartir con una base de pan sin corteza, una salsa de pimientos, buenos trozos de bonito y una reducción de Módena para terminarla. Bien hecha aunque no demasiado elaborada.

• Croquetas de setas. Curiosa presentación de las croquetas, envueltas en una especie de papel de periódico que no era tal. El sabor más bien escaso, las setas irreconocibles.

• Almejas. Una ración no demasiado grande de almejas en las que la salsa predominaba sobre el bivalvo. No eran de mal tamaño pero la salsa ocultaba su sabor completamente.

Para beber y después de la noche anterior, 2 1906 de Estrella Galicia para cada uno.

Al servicio le falta rodaje y tuvieron algún detalle que denota poca profesionalidad aunque por ganas no será.

En resumen, habría que probar los platos de pescado para ver si realmente vale la pena el restaurante porque con la ubicación que tiene, si el producto no es bueno ya es para olvidarse.