Este restaurante es el que teniamos reserva a las 10 de la noche el dia de llegada y que nos encontrmos cerrado. En aquel momento y respondiendo al mail de confirmacion que me mandaron dias antes, les comunique que eran muy informales y que desde luego no pensaba recomendar a nadie su restaurante del que me habian hablado muy bien en España.
Pues bien, al dia siguiente recibi su respuesta diciendo que lo sentian pero que un trabajador habia sufrido un grave accidente y no habian podido avisar pero que no dejaramos de ir a visitarles. Y asi lo hicimos.
Al llegar nos recibio Marta ( sabia su nombre por el mail) y otra persona y le dijimos quienes eramos. Se volvieron a disculpar muy amablemente y ya nos pusimos con la cena.
Comentar que el lugar situado en la primera planta, es muy acogedor. Decoracion agradable tipo rustico-moderno. Las mesas estan muy juntas pero solo se ocuparon otras dos por lo que pudimos estar muy tranquilos. Detalles en todas partes, con velita en la mesa dando ambiente romantico.
Tienen una buena carta de vinos pero apenas conociamos referencias de alli. Nos decidimos por tinto muy rico que nos aconsejaron : Quinta do Soque.
En cuanto a la comida, la carta es corta. Pedimos lo siguiente:
- Pulpo o lagareiro: rico
- Tornedo a la brasa. Muy rico en su punto y buena carne.
Terminamos con dos cafes.

Al pedir la cuenta Marta se acercó y nos dijo para nuestra total sorpresa que estabamos invitados a todo. No queriamos aceptarlo de ninguna manera pero fue tal su insistencia que dejamos una buena propina y les dimos efusivamente las gracias advirtiendoles que recomendariamos su restaurante.

Realmente el sitio merece la pena en todos los sentidos y pasamos una agradable velada.
Gracias de nuevo a Marta por la invitacion que en verdad no era necesaria ya que las disculpas fueron claras y entendidas.