Restaurante Casa Segis en Cabezón de la Sal
Restaurante Casa Segis
País:
España
Provincia:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
-
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
-
Opiniones de Casa Segis
OPINIONES
1

Se trata de un lugar ubicado en Carrejo, pueblo perteneciente a Cabezón de la Sal, en la carretera que lleva Cabuérniga, o dicho de otra manera a la “Ruta de los Foramontanos” (ruta de mas allá de los montes, nombre que se debe a cuando Cantabria en su zona baja era todo vegetación y por tanto se llamaba La Montaña y la zona que era menos arbolada se llamo campo, ahora derivada a Campoo).

El local se trata de una casona montañesa con su balconada, que fue lugar de peregrinación durante muchos años de ir, sobre todo los fines de semana, a tomar “un blanco de solera y comer algo” y ahora se ha remodelado dejando la arquitectura, pero dando un nuevo aire sobre todo a la zona interior, con colores blancos.

Se puede comer en la zona exterior con una terraza y mesas, junto a la barra y en la zona del comedor interior, que fue donde celebramos la cena.

Grupo amplio de 16-18 personas que asistimos a una cata de vinos de Bodegas Luberri Monje Amestoy, con un menú concertado y en general todo fueron de raciones a compartir, salvo un plato de rabo de toro y el postre:

- Rabas de calamar: buenas, con un buen punto de textura y un recubrimiento exterior agradable.
- Chipirones a la plancha con una salsa alioli: buen punto y sin ser de guadañeta o potera (aun no es época) tenían un buen nivel
- Torreznos con patatas fritas: los torreznos presentados troceados en bocados longitudinales y colocados en el plato con su forma original, que tenían buen sabor y un buen punto de entreverado y una patatas fritas, finamente cortadas que estaban buenas.
- Asadurilla: finamente cortada, con una salsa picante, pero sin molestar.
- Rabo de toro estofado al vino tinto; presentado sobre una base fina de patata cocida, que quizás fue el plato que más me sorprendió.
- Surtido de quesos, presentado con picos y avellanas.
- Y de postre una buena ración de tarta de hojaldre, que se había elaborado en el mismo Cabezón de la Sal, que tenía un buen nivel.

El servicio atento y diligente.

En cuanto al vino no os puedo decir mucho, pues se trataba de lo que os he comentado, pero el nivel de las copas era bueno.
Tampoco os puedo hablar de los precios, pero en la barra ojeé una carta que había sobre las mesas y aprecié que tenían productos de toda la vida para tapear y compartir a unos precios ni baratos ni caros.

Salí contento del lugar, con lo comida y tal como estaba servido. A repetir y hacerse una idea más completa.

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