Cuando me enteré de que el local está regentado por Fernando LLamosas, que ya me había dado de comer, bien, en la Casona del Valle hace tiempo, pensé: mal no va a estar.

Siete personas, mesa con mantel y servilletas de papel, vajilla y, sobre todo, cristaleria, manifiestamente mejorable.

A compartir:

Gyozas (8 E). No las había probado nunca. Pasta crujiente, relleno, se supone que de pollo y verduras, en el que el único sabor distinguible es del del perejil.

Criollo con patatas y Chimichurri (5). Criollo vulgar, patatas regulares, salsa buena.

Dos de croquetas (12). División de opiniones, a unos les gustan, a otros les parecen vulgares.

Cazuelita de albondigas (8). Correctas, algo durillas, pero no malas.

Individuales:

Dos de calamares encebollados (28). De nuevo división de opiniones. a uno le parecen que no tienen apenas sabor, a otro le gustan.

Chuletillas de lechazo (14). Correctas, con buenas patatas y excelentes pimientos asados. Hubo un problema que explico más abajo.

Dos sartenes de huevos -2- con patatas, gulas y gambas (12). Muy regulares. Desde mi punto de vista, la moda (ya vieja) de servir las sartenes en sartenes en lugar de en platos, perjudica los productos haciendo que el metal los recaliente. He comido excelentes platos de huevos rotos en Madrid servidos en plato, nunca en sarten.

Entrecot con patatas (13). Añojo, con escaso sabor. Solo correcto. Buenas patatas y pimientos.

Tartar de atún rojo (16). Con un aliño de limón y una guarnición de guacamole (que no probé) y ensalada, buena. Digamos que no es el mejor atún que he comido. Solo correcto

Postres:

Tres tartas de la abuela (galleta, crema, chocolate) ricas y una torrija, vulgar. (20). No entiendo la mania de acompañar todos los postres con nata montada de bote.

Vinos:

Tres personas optamos por Mesta blanco (11), creo que DO La Mancha, correcto, poco acido, probablemente porque lleva algo de moscatel y otras tres por Marques de Vizhoja (11), albariño, que gustó poco.

Refresco (1,80), agua (2,50), cinco cafés (6) y un malta (1,80) cerraron la comida.

El servicio, dos personas, amables y profesionales.

A ver, en principio dos personas pedimos atún rojo a la plancha (estaba en carta) y una persona pidio sarten de huevos con torreznos. Además dos personas piden para beber cava. Despues de tomar la comanda, vuelve la señorita que nos la tomó a decirnos que no hay atún para la plancha porque el corte no era el adecuado, que no hay torreznos para la sartén, y que el único vino espumoso es un moscato (en carta había, creo recordar, tres cavas). No es de recibo. Si no hay algo, se comenta en mesa a la hora de entregar las cartas, y que no haya ni una botella de cava es algo dificilmente explicable. Y de los torreznos ya ni hablamos. O la casa espabila, o el futuro es negro dada la exclente competencia. En cuanto a las chuletillas, la comensal que las solicitó espero casi quince minutos a que se las trajesen (el camarero, muy amable, se disculpó diciendo que había sido un error) y, comprobado que estaban, para ella, poco hechas, solicitó que se las pasasen un poco más teniendo que esperar cinco minutos (de reloj) más. Para mi, cabreante e inexplicable.