Un pequeño pueblin en el inicio de la montaña asturiana, a la altura de la costa de Llanes y con un acceso poco cómodo por carretera, te lleva a este local en la misma carretera en la salida este del pueblo. Pese a todo con más de la mitad del comedor lleno para cenar. A la entrada está la barra del bar de paso y a la izquierda abre un comedor con vajilla, copas, manteles .. correctos. Servicio amable y profesional.

Cuatro para cenar con la intención de compartir experiencias asturianas, así que al centro y para dentro:
. fabada asturiana: no hay que dejar comida en asturias sin catar como la hacen en cada sitio. Correcta con alubia poco harinosa, bien de cocción y compago básico.
. tortos con cabrales con cebolla pochada: los tortos son como arepas pero más ligeras; el cabrales correcto y en suficiente cantidad. Buen conjunto.
. anchoas XL selección. Mejor de sabor que de tamaño, en buen aceite y para mojar un buen pan (cobrado aparte).
. callos de la abuela Margarita, especialidad de la casa. Buena materia prima, ligero de picante, buena ración. Para mí, el mejor plato. Hizo falta pan para mojar.

Pasamos al postre directamente: 3 de cuajada casera con miel, buena ración, y muy suave con excelente textura.
El insolidario que falta tomó leche frita y fue su perdición porque la probamos todos. Más que bien.

En la parte líquida: una grande de agua de Solan de Cabres. Una botella de Viña Artacho crianza 2010 correcta. Dos cafés (piloto y copilota) para despejar la mente y coger la curveada carretera de regreso.

Desde luego no es como para subir desde Llanes pero quizás sea de las mejores opciones por la zona. En el precio hay que tener en cuenta que fue un plato por persona y postre más bebida.