Todo mar

Las olas pueden salpicarte mientras te tomas el aperitivo. De hecho días atrás arrasaron con el restaurante vecino a pie de playa.
Lugar para comer disfrutando de las vistas del Atlántico.
Robalo ao sal, correcto, aunque corto.
En la terraza nos tomamos un copo de vino (sic) y una cerveza imperial. Los consabidos entrantes que constaron de una especie de pastel de pescado y unas aceitunas. Robalo ao sal para dos, botella de vino 3/8, había que conducir, agua, postres y café.
61.10 euros.
La comida vale 40, los otros 21 son por el ozono y las vistas.

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