El Aprendiz en Benimaclet

El Aprendiz abrió hace medio año en Benimaclet. El barrio de estudiantes y Erasmus por autonomasia de Valencia. Por lo tanto hay bastante ambiente nocturno sobre todo a partir del jueves. Sin embargo gastronómicamente se encuentra a años luz por ejemplo de Ruzafa, barrio puntero en este sentido donde lo mismo te encuentras una taberna japonesa, que un local mexicano o un vegetariano compartiendo zona con locales de toda la vida que siguen funcionando. El mestizaje es total y es clave en su éxito.

En Benimaclet o Benima para los más allegados o te dejas la pasta en Dolium y el Gastronómo (locales de corte clásico pero que nunca fallan) o descendemos varios peldaños que nos conducen a alguna pizzeria como Xingú, Carnes a la piedra en Bajo Flores, algún pintxo en el Carabasser o cierto mestizaje en Pata Negra además de algún local de hamburguesas como L'Espai o Dacapo donde puedes tomar vinos por copas con referencias interesantes.

Asi que tras el Espai Verema la visita a El Aprendiz por recomendación de un buen amigo me causó una grata impresión. El local es pequeño (un antiguo bar) con una pequeña barra a la derecha y mesas altas y corridas que tanto se llevan ahora. Además tiene una terraza que da a la plaza Rio Duero. La carta de precios muy comedidos se basa en tapas, ensaladas, tostas y raciones para compartir. El nombre de los platos prometía y así fue.. :

.Ensaladilla: Muy buena. Diferente.
.Buñuelos de Bacalao: Sabor y buena fritura.
.Huevas de Sepia: Prefiero la sepia pero me gustaron, toque justo de plancha.
.Tataki de atún: Buen producto y aliño.
.Secreto Ibérico: Muy correcto.

Muy buena la presentación de los platos y en la recámara quedan una sepia bruta, unas carrilleras o un sashimi de lubina además del steak-tartare para una próxima visita.

Para beber 1 doble de cerveza, una botella de un correcto Crianza de Rioja Picardo y 2 copas de tinto para terminar. El apartado del vino es testimonial pero suficiente, evidentemente no es su guerra. Aunque no estaría de más alguna mejora en este sentido. El servicio que dirige Nacho es joven y desenfadado, en la línea de los locales del barrio.

Indagando un poco me entero que la cocina la dirige Carlos joven pero experimentado en la barra de Oleo con Vicente Patiño o El gastrónomo entre otros. Desde luego tiene buena mano y sobresale entre los locales ya existentes. Así que repetiremos sin dudarlo. El precio final de 18e invita a hacerlo.