Hay ocasiones en las que uno sabe que va a comer bien aunque el entorno no sea el más agradable. En estas ocasiones hay que abstraerse y simplemente disfrutar de la comida.

Éste es un restaurante situado en el medio de la nada entre Chantada y Monforte, en una zona arbolada. La pinta no invita a entrar ni mucho menos: una casa vieja y un añadido a base de toldos ¡¡amarillos!!.
Cuando entras, la cosa no mejora: mesas de madera apiñadas, con manteles de papel blanco, una barra en la que es complicado tomar algo decente y aquí ya se ve la seña de identidad del local: la parrilla

Habíamos reservado para las 15:00 y cuando llegamos debía de haber unas 100 personas esperando fuera, sí, 100 personas tranquilamente. Esperamos un rato y pronto nos pasaron a una mesa. Pedimos y pronto llega la comida:

• Codornices a la brasa. Una por cabeza. No soy un amante de la caza pero aquí están muy buenas y el toque de la brasa me encanta.

• Churrasco. En este restaurante no te preguntan qué tipo de carne quieres, siempre ponen ternera y chorizo criollo. La carne es de las mejores que he comido a la brasa. La presentan con una ajada por encima que la hace todavía más jugosa. Normalmente la carne de ternera a la brasa se queda un poco dura, nada que ver con la de este sitio. Además, esta carne tiene un sabor especial porque la brasa se hace con leña de roble y no con carbón.
A destacar que puedes comer lo que necesites, al terminar la que te ponen, siempre preguntan si quieres más. De hecho, estaba tan buena que yo pedí un trozo más.

También me gustaría decir que el pan es estupendo, estilo pan de pueblo, consistente.

De postre tienen varias cosas aunque no demasiado elaboradas. Nosotros tomamos un clásico pijama y una tarta de la abuela que cumplieron perfectamente.

En el apartado líquido la cosa es complicada. La carta de vinos es floja no, lo siguiente, y como había que conducir después optamos por tomar agua, lo que finalmente, fue lo mejor que pudimos hacer porque 3 kilómetros más adelante del restaurante tuve una prueba de alcoholemia ...

En resumidas cuentas, que es un restaurante para comer una carne a la brasa espectacular pero el sitio no acompaña en absoluto.
Por otra parte, el paisaje de los alrededores merece mucho la pena, Ribeira Sacra en todo su esplendor.