Nueva visita al NEW YORK BURGUER de Castellana 89.

Tres personas. Pedimos unos buenísimos nachos servidos con queso derretido, pico de gallo, guacamole, queso Filadelfia, etc. y tres hamburguesas, de tamaño "pequeño" (160 gr.) pero más que suficientes para saciar un estómago normal. Servidas al punto deseado y con patatas fritas naturales. Sigo pensando que son perfectas. Un pan de calidad, una carne excelente y un delicioso sabor a barbacoa. No se le puede pedir más a una hamburguesa.

De postre una cookie caliente con helado de vainilla a compartir y para acompañar un Ribera joven (Prado Rey) servido perfecto de temperatura.

Servicio muy pendiente del cliente y amabilísimo (ya quisieran muchos restaurantes de postín).

Todo por 50 euros, sin descuentos, ni promociones, ni gaitas. Un sábado a mediodía y el local hasta la bandera. Veníamos sin reserva y tardaron diez minutos escasos en sentarnos.

Pues me reafirmo. Las mejores hamburguesas de Madrid. Estos señores siguen dando muy bien de comer y, pese a su éxito, no se duermen en los laureles.

Definitivamente las mejores hamburguesas de Madrid siguen siendo las del NEW YORK BURGUER. Este sábado estuvimos cenando en el nuevo local que han abierto en el Paseo de la Castellana, en plena zona financiera de la capital (y van tres). Enhorabuena a su dueño, Oscar Colmenares, un auténtico emprendedor, a quien hemos visto varias veces supervisando el servicio, recibiendo amablemente y sentando a los clientes. Están empeñados en que las hamburguesas pueden llegar a convertirse en un bocado “gourmet” y para mí que lo ha conseguido. Según cuentan, para las hamburguesas utilizan carne de cebón de primera calidad, traída de Ávila y Galicia, la cual pican ellos mismos en cada turno de comida para que esté lo más fresca posible, dándole un toque simple de la casa, que como no podía ser de otra forma se trata de secreto de cocina. Además, las cocinan a la parrilla de carbón vegetal, lo que le da un sabor único a la carne.
Abierto hace unos meses, este local de Castellana es alargado, con una decoración tipo loft un tanto austera pero acogedora, una zona central de mesas comunales pensadas para compartir la experiencia hamburguesera, y en breve todo indica que van a abrir una terraza en la zona que da a Torre Picasso.
Dos adultos y una peque, tomamos unos aros de cebolla rebozados, con el rebozado crujiente y la cebolla dulce muy buenos, y tres hamburguesas que llegaron al punto solicitado, jugosas y con un sabor extraordinario. Mención especial a la que venía con foie y cebolla caramelizada con pan de “foccacia” (la “Park Avenue”), que estaba espectacular. Iguales o mejores que las de la casa madre de Gral. Yagüe. Patatas fritas caseras. De postre una cookie gigante con chocolate caliente y helado de vainilla a compartir, especialmente recomendada para adictos al chocolate (ojo, también tienen postres para celiacos).
Aparte de refrescos y varias marcas de cerveza, tienen tres vinos de la casa (un tinto, un blanco y un rosado). Pedimos el tinto que resultó ser un rioja Viña Salceda crianza muy rico, servido a buena temperatura y en copas adecuadas.
Servicio atentísimo, pendientes del cliente en todo momento, preocupados por si estaba a nuestro gusto el punto de la carne, los entrantes, etc., a pesar de tener el local abarrotado. La cuenta ascendió a 50 euros, una buenísima relación calidad precio. Un valor seguro, en el que no se descuida la calidad ni el trato al cliente a pesar de tener varias sucursales. Volveremos y lo recomendaremos.