Es sin duda un restaurante con una gran personalidad, un claro reflejo del

Es sin duda un restaurante con una gran personalidad, un claro reflejo del propietario que lejos de formulas comerciales ha querido construir algo muy propio con independencia de las tendencias de mercado. Desde un punto de vista formal tiene aspectos criticables, es demasiado cómodo trabajar con menús cerrados, el montaje de algún plato tiene algún "defecto" técnico, fusila un icono de la cocina actual, la deconstruccion de la tortilla de adriá (aunque pensandolo bien me gusta,le añade caracter, hay que tener huevos para exponerse a una critica tan obvia, al fin y al cabo es como cuando un grupo de musica versionea a otro ¿no?). A pesar de eso es una muy buena opción, original, personal, divertido... Deberá cuidar mucho la rotación de los platos. El vino está expuesto en el pasillo, y la calefacción no le beneficia en absoluto, de hecho me sacaron una botella 3 o 4 grados por encima de lo debido, aún así fué una recomendación suya fuera de carta y un gran acierto. Ritmo muy

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