Herr Schmidt

Cuando entras por la puerta de este restaurante, ya te das cuenta de que es uno de esos de -parafraseando a Hermann Hesse- “no para cualquiera”.

Un agradable y penetrante aroma -que no supe identificar y luego me dijo que era mirra- te recibe y te guía hasta la sala.

Decoración deliciosa, muy pop art (como su tarjeta de visita, una gallina idéntica a la de Avecrem sobre un fondo amarillo, con el nombre del restaurante y la leyenda “Artcrem”): vinilos que hacen de bajo platos; cuadros marcadamente de ese estilo; azulejo hidráulico original que combina con una sufrida moqueta oscura; luz tenue de ambiente a la que las pequeñas lamparitas que tenía cada mesa dotaban de un aire de privacidad…
Hacía una buena noche y estaba abierta una gran puerta corredera que daba a un porche. Para completar esa envolvente atmósfera, sonaba subidita de volumen Carla Morrison…

La cocina del restaurante, como su ambientación, su servicio, su carta, su… todo, es personalísima.

Si decides ir a este restaurante, tienes que hacerlo con la mente muy abierta, y sabiendo a lo que vas. Quiero decir, que tienes que estar dispuesto a dejarte llevar, a obedecer, y a no cabrearte. Si vas con esa actitud (“eeeeesa es la actitud”), posiblemente disfrutes de una buena experiencia. Si no… no vayas, no es tu sitio.

Joaquin Schmidt, hijo de valenciana y berlinés, manda. Y lo deja muy claro desde un principio: te orienta casi imperativamente a elegir el menú, el vino… Te ordena que no bebas nada durante la ingesta de los aperitivos…

A sus órdenes Herr Schmidt!

-“Aquí no tenemos Coca-Cola, solo refrescos de limón”
-“La carta de vinos es sólo orientativa, me interesa que pidas éste”
-“Hay cuatro menús, de menor a mayor en función del número de platos. Pedid el segundo, el Gourmand”.

No sabes lo que pides, no sabes qué demonios vas a comer, únicamente te haces una idea de la extensión del menú. Y él no te da ninguna pista. Una vez que tomas un plato, sólo después de consumirlo, te dice qué era. “Mucho pensar” que diría un cántabru que yo conozco…

Él solo en sala (y había 5 mesas) y me temo… que él también solo en cocina. Él se lo guisa, él se lo sirve y nosotros nos lo comemos… como él mande.

No sé cómo se organiza, pero el tipo va a toda pastilla y va todo relativamente fluido… excepto una pausa excesivamente larga entre los entrantes y el principal. Todo el restaurante esperando. Si, como me temo, no está más que él en cocina y en sala, tiene su explicación: la merluza era el único plato de preparar en el momento, así que se mete en cocina, deja la sala sin servicio, y en 10 minutos preparado la merluza para todos.

Un tipo curioso, un restaurante curioso, unas prácticas curiosas.

El "menú gourmand” de esta noche fue el siguiente:

-----Aperitivos
Vermouth en pajita con olivas rellenas.
Cuchara de algas y fruta de la pasión.
Cuchara de pasas ahumadas y pomelo rosa.
-----Entrantes
Brocheta de sandía, albahaca, tomate seco, comino y aceite de Viver .
Gazpacho de fresón con espuma de tomate cuarenteno.
Habitas en ensalada con atún macerado.
-----Principal
Merluza con alcachofas y salsa holandesa .
-----Postre
Tarta de chocolate con cosas.

Cocina de autor, como anticipábamos. Cenamos bien, esa es la verdad. Detalles muy graciosos como el vermouth que estaba dentro de una pajita y que tenías que sorber una vez te habías metido en la boca unas aceitunas verdes rellenas de anchoa. Platos meritorios como la brocheta de sandía que con ese punto de albahaca, rompía. Creaciones imaginativas, como ese gazpacho que pensábamos que era de tomate con espuma de fresa por encima, y era al contrario (aquí nos dio la única pista de la noche antes de consumirlo: “no es el postre”). Y un buen final con esa merluza, que se hizo demasiado de rogar, pero estaba para aplaudir con esa salsa holandesa brutal.

Para beber, el cava que nos sacó sin darnos opción, un humilde pero resultón Familia Oliveda Brut Natural y una botella del tinto que se empeñó que tomáramos, un cálido cabernet tarraconense, Terrer d’Aubert 2010 (estaba bueno, Joaquín, estaba bueno, es cierto). Con el postre, el vino dulce que le vino en gana, el Moscatel de Mendoza. Las copas, unas Schott de otros tiempos, algo bastas y sin cerrase nada arriba, mejorables.

En este restaurante, como en la vida en general (permítanme la licencia), todo es relativo. Que no haya Coca-Cola, te puede parecer un toque divertido, punto rebeldía… o cabrearte como una mona (y ¿qué beben los críos a los que no les guste el limón?... menos mal que no fue el caso, pero...). Que sólo haya una infusión... Que te bebas el vino que él dice sí o sí… Que no sepas lo que pides, que… Pues, como decíamos, depende del cristal con que lo mires, del humor que tengas esa noche… pero sobre todo, de la actitud con la que afrontes el reto.

Yo salí satisfecho, otros comensales no tanto.

Sólo había estado una vez, compruebo que fue hace 10 años. No tardaré tanto en volver, a mí el tipo me ha caído simpático, soy así de raro…

;-)

  1. #1

    Gabriel Argumosa

    Varios comentarios se me ocurren:

    Lugar que puede resultar interesante si no lo conoces, y si te gusta bien, pero si no sales contento, no creo que le des una nueva oportunidad.

    Todo es una orden, por tanto tienes la ventaja que no culparte si no sale bien.

    Si miras la materia prima y los vinos el precio, no es barato.

    Ese cántabru, suele decir “no pienso pensar”.

    Un saludo

  2. #2

    G-M.

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    Jaja, comparto todos tus comentarios.

    Pero ese cántabru, cuando fuimos a un restaurante y esa noche había otro del mismo "corte" de adivinar vinos, dijo: "demasiado pensar"

    Abrzs

  3. #3

    Gabriel Argumosa

    en respuesta a G-M.
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    El trabajo intelectual agota y ya tiene una edad, para no pasar exámenes.

  4. #4

    Abreunvinito

    Un sitio complicado para ir con compañia. Puede salir sorprendida o cabreada como bien dices.
    En cualquier caso, cada servicio le hace perder más clientes para siempre que los que gana para siempre.

  5. #5

    G-M.

    en respuesta a Abreunvinito
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    Buena esa reflexión final.
    Tu crees que está él solo?
    Un abrazo

    P.D.: mientras estábamos en los aperitivos, me acordaba de tu comentario con lo de la sed que pasaste y me descojo.... jajaja

  6. #6

    Abreunvinito

    en respuesta a G-M.
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    Apostaría a que sí, como mucho alguien que limpie platos.
    Seguro que también pasaste sed (o te preparaste bien antes, pillin)
    Un abrazo

  7. #7

    JaviValencia

    Que me espere sentado el Sr. Joaquin Schmidt porque lo que es el tete no asoma el hocico por allí. Lo siento, no tengo paciencia para superar la prueba ;-)

    So masoca!!!!!

  8. #8

    G-M.

    en respuesta a Abreunvinito
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    Me pegué un trago largo de cava antes de que saliera el aperitivo juas juas juas
    Pero mi mujer no, y pasó una ansiedad-sed-angustia quepaqué
    XXXD

  9. #9

    G-M.

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Jajaja
    No te lo recomendaría a ti, no. Lo poco que nos conocemos todavía, pero... Ni de coña te lo recomendaba
    Pa tu genio!
    XXXD

  10. #10

    Jotayb

    Curioso local, curioso chef...todo curioso y perfectamente descrito en un tremendo comentario.
    Como bien dice algún forero, complicado restaurante para ir en compañía, sólo apto para locos de la gastronomía como tú ;-)

    Un saludo Aurelio.

  11. #11

    G-M.

    en respuesta a Jotayb
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    Curioso, curioso...

    Pero a mí me mola!

    Y a mucha gente (lo tenía lleno y con el público más variopinto)

    Saludos!

  12. #12

    Otilio Haro

    ¿Y eso de no beber nada en los aperitivos? Después de leer el comentario, no sé si soy un cliente adecuado, paciencia pa pasar el día na más.

    Un abrazo

  13. #13

    kopicki

    Varios amigos han ido y no Aurelio no pasaron la prueba. Y yo creo que tampoco la pasaré y menos viendo el precio final. Salut.

  14. #14

    Abreunvinito

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Espero que te lea y se de cuenta de que no la preparastes a sabiendas antes de pasar la "pista americana" de las cucharitas y cia.

  15. #15

    Jeronimo

    Pues por lo que cuentas, si quieres volver me parece muy bien, pero conmigo no cuentes.
    Ni me gustan las sorpresas, ni que me impongan lo que tengo que comer y beber, especialmente si el que paga soy yo.

  16. #16

    G-M.

    en respuesta a Otilio Haro
    Ver mensaje de Otilio Haro

    Jaja, pos eso.
    Lee el comentario de abajo de Abreunvinito.
    Supongo que quiere jugar con las texturas y jugosidades del vermouth y las cucharas sin adulterarlas con ningún otro sabor ni líquido

  17. #17

    G-M.

    en respuesta a kopicki
    Ver mensaje de kopicki

    Si hombre sí! Todo se trata de cómo lo enfoques

  18. #18

    G-M.

    en respuesta a Abreunvinito
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    A ver si se entera y viene a mi casa a abroncarme!

    Jajaja

  19. #19

    G-M.

    en respuesta a Jeronimo
    Ver mensaje de Jeronimo

    Te haces mayor, Gran Jefe...

    XXXXD

  20. #20

    oscar4435

    Bueno , bueno , que por el titulo pensé que ibas a comer salchichas y codillo bien regado con cerveza , na que ver.

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