La situación del restaurante es ideal, en la parte vieja de Pontevedra, al lado de una plaza maravillosa. Todo el centro histórico de Ponteverda es peatonal y merece la pena un paseo.
Desconozco si es un restaurante nuevo o con solera.
En la barra, muchos vinos por copas, jamones 5J colgados y oferta de embutido ibérico.
Decoración moderna y muy buen trato por parte de los camareros.

Sólo he estado una vez, pero si se da la ocasión, repetiré.

Tenían varios pescados del día y nos decantamos por un lenguado salvaje para dos, a la plancha. Sublime, tanto por la calidad como porque estaba justo en su punto.
Entre los entrantes, destacar un pulpo con queso, combinación poco común muy bien resuelta.

Buena carta de vinos, muchos gallegos.
Buenas copas a un precio muy asequible (7€, ginebras premium)