Un local céntrico, con posible parking entrando por la calle Castellón (Parking Plaza) y que tiene al entrar a la izquierda una barra; al fondo una bodega acristalada con vinos de corte moderno y mesas de bar. Lo interesante es un altillo al que se accede por unas escaleras, con capacidad para 10-12 personas que hizo interesante una de las catas ciegas mensuales que por motivos de obras del anfitrión, hubo que buscar lugar para ello.

Inicio con la cata ciega con buenos (Juan Gil) y grandes vinos (La Nieta, Alabaster Flor de Pingus) y en la que nos columpiamos bastante porque ganó Juan Gil con dudas sobre la Nieta. Además como nos avisó el organizador de que iba a ser baratita, pues pusimos más a caldo a los caldos. Luego no había sitio donde esconderse ni perdón para tanto bocazas. Salió baratita porque la regaló para acumular dinero (la cuota) a la extra de Navidad.

Nos preparó bien la mesa y luego vino la cena contratada, en la que el vino que pusimos nosotros (el anfitrión) fué L´Inconsciente 2010 y Alzania 2009 y Ví Carló de Saint Mateu en curiosa botella y con etiqueta del politécnico de Valencia, en una elaboración imitando a sus orígenes.

Para cenar: croqueta de jamón y saquitos de queso correctas, con muy buena presentación. Ensalada verde con surtido de múltiples clases de hojas, con añadido de tomates cherrrys, queso parmesano y bacon, muy agradable y completa. Pechuga en filetes, rebozada y pattaas fritas como témpura, correcta. Calamares a la romana, regular.

Para acabar una mini- hamburguesas con huevo de codorniz y con patatas fritas bastante bien.
Postre, creo recordar que fué tarta de chocolate buena y profiteroles regular. Cafés a elegir.

No sé el precio (no organizaba yo), pero si hay una reunión, tipo cata, para grupo pequeño y te dejan llevar tu vino (luego se quedaron las botellas porque entendían de vino), y en donde la cena no es la parte más importante, puede ser una opción.