Buen producto y cena incómoda

Cena para tres en avanzadilla de la sociedad gastrosófica a la que pertenecemos, y con interés por probar un lugar bien valorado por su materia prima y por sus brasas. Ambas muy buenas.Al sentarnos pedimos unas bebidas: 2 cervezas y una copa de sidra de calvados excelente acompañado por unos encurtidos caseros muy buenos.
Comenzamos a sacar fotos, y el maître (creo que también propietario) nos hace un comentario al respecto no sabemos si en broma (primera tarjeta?.
Pedimos: Mis compañero, mientras sale la comanda salen a fumar y el maître nos advierte que la cocina no para(?), esta vez sí tarjeta amarilla; no volverían a salir hasta los cafés que creo que fue la roja. Es verdad que en la entrada parece estar la caja y la puerta se abre y cierra con un pestillo, no sé si será por eso o por un exceso de celo, pero la cena transcurrió bastante incómoda con una rigidez innecesaria, amén de una bronca al servicio (estupendo) en medio del pasillo.
La comida: callos, gelatinosos con un punto picante, sabrosísimos y muy clásicos (sin chorizo, morcilla, garbanzos, pero con jamón, en fin para gustos...estaban muy buenos igualmente); chistorra, morcilla y blanquet con división de opiniones, a cada uno le gustó más uno de ellos, aunque ninguno estaba malo (el maître nos convenció de que necesitaríamos dos raciones y le hicimos caso, pero como ya viene partido es más que suficiente si quieres pedir otro plato, en nuestro caso hubiéramos probado las cocochas); y la chuleta de lomo alto que llega ya partida muy buena de tamaño y sabor (aunque personalmente creo que no es mejor que las chuletas que se sirven en asadores y sidrerías del país vasco o navarra, en Tolosa especialmente y también en Lekunberri, el producto es bastante mejor en cuanto a sabor.
Acabamos con unos cafés y preguntamos por la variedad de orujos blancos, pero sólo había martín códax, con él nos quedamos, correcto.
Bebimos un Campillo crianza, más flojo de lo que esperaba y demasiado avainillado para mi gusto, y un excelente Fagus.
El precio correcto para el producto que se toma y lo que se bebe, en la cuenta curiosamente, al final aparece desglosada la comida y la bebida (esta última sumaba casi la mitad de la factura).
Al final, la excesiva "rigidez" del maître, no nos dejó disfrutar del todo de la cena, e lo mejor es que somos más de taberna, en fin...

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Moliner

    Es lo de siempre: hay sitios, con independencia de la excelencia de lo que se come, en que el propietario o encargado o lo que sea (el jefe) cree que además de darte de comer, ha de instruirte y dirigir tu conducta. Lamentable

  2. #2

    Dani C.

    Yo he comido en Askua y no he notado esa rigidez, pero para gusto, como bien dices, los colores.

    Para mí el servicio que se da es un servicio clásico y profesional. Igual estamos mal acostumbrados a los camareros modernetes que te tocan el hombre para preguntarte qué tal está la comida lo cual, sin molestarme, no es nada profesional. Como si el médico me pregunta si estoy jodido de la rodilla, creo que no es profesional, por mucho que luego diga qué médico tan enrollado, y no me moleste en absoluto... pero hablamos de otra cosa.

    Tampoco veo mal que se te avise de que si sales fuera a fumar, los platos se van a marchar independientemente de dónde te encuentres, si fuera o dentro del local. Eso ya lo decide el cliente.

    Saludos
    Dani

  3. #3

    Mtejido2000

    en respuesta a Dani C.
    Ver mensaje de Dani C.

    Entiendo que el tema del tabaco, avisando a priori y dando un margen suficiente de tiempo, no debería suponer ningún handicap para demorar ligeramente la salida de la comanda desde cocina, y menos aun en sitios de cierto nivel.

    He fumado entre platos -uno de mis vicios inconfesables- en Mugaritz, el Bohio y Gastro y nunca se nos ha puesto ningún problema (siempre y cuando se avise previamente, insisto); solo tuve un mal gesto a este respecto en Diverxo, con el maitre-sumiller que ejercía por aquel entonces, y te puedo decir que efectivamente el tema nos agrió la noche, tanto por la brusquedad de las formas como por la rigidez y la intolerancia que se desprende de una "regañina" de esta naturaleza...

    Como bien decís para gustos los colores, pero yo también saco la roja directa ante esta cuestión concreta.

    Un saludo, Manuel.

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