Ricardo Gadea siempre ha sido un fanático del producto.
El jamon, las cocochas, las anchoas, los quesos... y como no la carne son inmejorables, lo mejor del país.
Ahora, desde hace unos meses, también ha incorporado a su carta otra opción no menos interesante llamada platos al centro, con precios más asequibles para los bolsillos, con la intención de llegar a un público más amplio y quitarse la etiqueta de restaurante caro.
Probamos las croquetas de rabo de toro, gelatinosas, mezcladas con carne de pollo y especiadas con curry, lástima que salieron con el interior algo frío (nos las cambiaron sin bacilar); muy buenas también las croquetas de idiazabal. Continuamos con las bravas que son un homenaje a las que hacen en el bar Ricardo, muy crujientes con un fondo de aceite de pimentón picante que cuando se funde con el alioli forman una salsa que hace que no puedas parar de mojar pan. También probamos el montadito de steck (con tartar de solomillo vacuno)que es ya un clásico de la casa y va acompañado de patatas paja.
Y por fín llegó la carnaza. Se trata de la chuleta de lomo bajo de vacuno mayor, de Luismi Garalla (tiene un puesto en el mercado Central) que cumplió con creces las espectativas. Realmente casi no hacía falta cuchillo para cortarla. La carne sale bastante tostada por fuera y casi cruda por dentro. Viene con un acompañamiento de patatas y como opción unos excepcionales pimientos del piquillo de La Catedral de Navarra confitados. Probablemente la mejor carne que he probado. Ojo, que el precio de la carne es al peso y puede subir bastante más de lo que pone en la carta. Este aspecto no viene reseñado con claridad en la carta y creo que deberían de avisarlo de alguna forma.
Para finalizar optamos por probar las famosas trufas con aceite y sal maldón y la más que recomendable torrija caramelizada, hecha con un brioche con mantequilla y acompañada con helado de mantecado.
Respecto al vino, tres cuartos de lo mismo, ahora disponen de una nueva carta de vinos con precios para todos los bolsillos entre 15€ y 30€, además de una carta llamada "Premium" con referencias más exclusivas. Nosotros optamos por un La planta de arzuaga 2011, muy bien servido y en una buenas copas.
Servicio muy agradable, perfectamente dirigido por el hijo de Ricardo, que demostro una gran profesionalidad durante toda la noche. Muy recomendable