Recomendable

Alejado del núcleo urbano y próximo al campo de futbol, a un polígono industrial y al nuevo hospital que presumiblemente abrirá sus puertas en verano es un local sin apenas decoración, dos biombos parten el local en tres zonas para hacerlo menos desangelado. Una chimenea redonda acristalada cerca del acceso y próxima a algunas mesas, recomendable no ocupar estas mesas pues hay un exceso de calor.
Los fines de semana la oferta se centra en dos tipos de menú y la carta.
Optamos por comer a la carta puesto que prácticamente sale al mismo precio que el menú, solo se incrementa con el precio del vino que elijas, en el menú el vino esta incluído, y ya de todos es sabido que los vinos que incluyen los menús son de una calidad que deja bastante que desear.
De primero pedimos ensalada de vieira y canelón de rustido de pato, la vieira "artificial" y el canelón muy bueno y bien presentado. Los segundos fueron canelón de pato para mi mujer y perdiz a la col para mí, la sorpresa fué que la ración era una perdiz entera!!, envuelta en beicon y abundante col, gustosa y bien guisada.
No tomamos postre.
Dos cafés
Acompañamos la comida con un DO Empordà, Lordina Grani, el servicio se limitó a abrir la botella y servir directamente sin darlo a catar.
Servicio joven con ganas y no profesional.
Recomendable si estas por la zona.

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