Visita improvisada con una pareja de amigos a esta cervecería que dispone de unas raciones bastante atractivas y con una RCP buena en general.

El local está situado en una calle céntrica relativamente cerca de la plaza de María Pita, uno de los sitios más concurridos de la ciudad. Después de un paseo por ella, visitando las casetas navideñas, nos decidimos a ir a picar algo antes de volvernos a casa.
Pedimos para compartir:

- Calamares fritos. 2 raciones. Con buena tetura, frescos y muy sabrosos. Calamares de los de verdad, no las típicas anillas.

- Croquetas. 1 ración. Croquetas de carne que, si bien, no están entre las mejores que he comido, sí estaban ricas.

- Mejillones en escabeche. 1 ración. Magníficos mejillones con un escabeche hecho en la casa. Unos buenos ejemplares de bivalvo con un sabor intenso y una textura espectacular. La ración un poco pequeña.

- Raxo con patatas. 1 ración. Los trozos de carne un poco pequeños para lo que es habitual en la ciudad pero con muy buen sabor. Las patatas en su punto.

- Callos. 1 tapa. Una de las personas que iban decidió que le apetecía probar los callos y no defraudaron tampoco aunque quizás son demasiado fuertes para cenar.

El apartado líquido se saldó con 2 cervezas 1906 de Estrella Galicia por cabeza que empastaron perfectamente con la comida.

Es una cervecería de toda la vida pero en la que las cosas que hacen las hacen bien. Una buena opción para cualquier día sin demasiadas pretensiones.