Nueva apertura en Madrid. Hace dos semanas que ha abierto TAXI A MANHATTAN en el local en el que estaba el Filo de la calle Basílica, en la zona de Nuevos Ministerios. Se trata de un restaurante con horario ininterrumpido, apto para desayunar, comer, afterwork, etc. El sitio es amplio y está decorado con muchísimo gusto. A la entrada una impresionante terraza de teka, el interior en plan calle de Nueva York, jardín vertical, neones, graffitis de diseño en las paredes, cocina a la vista, etc. Al estar en rodaje, había casi más camareros y cocineros que clientes. En definitiva, se nota una inversión cuantiosa (al parecer detrás del proyecto está el dueño de los Tommy Mel’s). Practican una cocina tipo brasserie mediterránea, en la línea de la que proponen los locales del exitoso Grupo Tragaluz. La carta es de las que intenta agradar a todo el mundo, tienen desde ensaladas y arroces hasta hot dogs. 3 personas, pedimos de entrada para compartir unos maki-sushis “ibéricos”, es decir, niguiris y makis con su arroz y su alga nori, pero en la que se había sustituido el pescado crudo por jamón ibérico, las huevas por tomate concassé, el pez mantequilla por boquerón en vinagre, etc. No estaba mal, pero me quedo con la versión “japo” de este plato. Principales: un hot-dog servido con un panecillo “cronut”, híbrido de donut y croissant, ya saben el bollo de moda en NY. El perrito rico, servido con bastoncitos de manzana fritos en vez de patata, huevos de codorniz y cebolla tempurizada. Lo más destacable, por la novedad, el famoso pan “cronut”, aunque con tanta mantequilla resulta un pelín pesado. También pedimos una hamburguesa, que resultó estar sobresaliente, carne de buey sabrosísima, pan de cerveza y patatas y salsas caseras para acompañar. Por último pedimos una presa ibérica que llegó presentada en una pizarra caliente, laminada tipo tataki, el exterior de la pieza dorada pero el interior casi crudo, con un sabor excelente, creo que la mejor presa ibérica que he probado. Llegó acompañada de puré de manzana y piña, servido aparte, que no sé muy bien que pintaba ahí, pues no aportaba mucho y enmascaraba el extraordinario sabor de la carne. Como sugerencia yo en su lugar, pondría una salsa que realzase el sabor de la pieza. Para terminar un coulant servido templado, con el corazón de chocolate líquido y un helado de vainilla muy correcto de acompañamiento. Carta de vinos muy trabajada, con vinos muy buenos pero no muy populares y a buen precio. Nosotros pedimos un Malpaso, que llegó perfecto de temperatura y en copas adecuadas. Del vino no digo nada más, ya saben que es una apuesta segura. Rematamos con unas buenas infusiones de rooibos y poleo, aunque llegaron en una tetera con el agua no demasiado caliente. Pagamos 90 y pocos euros. Servilletas de tela y menaje decente. Servicio con muchas ganas de agradar. Parece que han intentado ajustar el ticket medio a unos 30 euros por barba y lo han conseguido. En definitiva, corrigiendo pequeños fallos habituales en los inicios de cualquier restaurante, pueden dar mucho que hablar en este año que comenzamos. Buena opción, volveremos para ver como evoluciona y probar los arroces, que vimos en otras mesas y no tenían mala pinta.