Cocina con"sentido común"

Hasta hace unos años el Urbano era un restaurante de los de “producto”, de esos en los que comer un excelente pescado asado pagando, eso sí, una pasta gansa (si mi memoria no me falla recuerdo un excelso rodaballo zampado allí en los ya lejanos años 90). Ahora parece que se ha reconvertido a esa algo imprecisa tendencia de la “cocina de mercado” que es tradicional con toques modernos y, sin ser barato, se puede comer por un precio relativamente comedido (como ellos dicen en su Web, una cocina con sentido común). En suma, comparte estilo con un amplio grupo de restaurantes donostiarras como el Narru, el Viento Sur, la Muralla y tantos otros en los que te puedes permitir un homenaje sin causarle grandes estragos a tu cartera. De hecho en nuestra visita del otro día (un jueves entre semana) tenían un menú que, a juzgar por el casi lleno del local, goza de gran éxito. Y la verdad no me extraña pues por 22 euros (ojo, IVA incluido, cosa extraña por estos lares) uno sale más que satisfecho pensando que a la carta la cuenta se habría ido bastante para arriba. En mi caso fueron estos platos: centro de borraja con foie a la plancha y crema de patatas (riquísimo, no pensaba yo que casaría tan bien el foie con la crema) y bacalao braseado con una supuesta salsa vizcaína. Bueno, eso ponía en la carta pero en realidad vino con una ligera piperrada y sobre un lecho de, otra vez, una crema muy ligera de patata (¿con un suave pilpil quizás?). Aunque no era lo que esperaba estaba francamente bueno, el pescado muy jugoso y una salsa muy suave, todo bien conjuntado. El postre rico sin más: semifrío de arroz con leche. Mi mujer dio cuenta de un arroz salteado con verduritas y chipirón y de un confit de pato a la naranja, todo ello muy de su gusto (como con elocuentes exclamaciones dejó bien patente). El local es agradable, con una pequeña barra en la parte baja y un comedor levemente elevado puesto con sobriedad. Mesas bien vestidas, copas correctas (algo pequeñas quizá) y muy buen servicio. Al chef (Patxi Aizpurua) se le ve muy involucrado en el negocio, al pie del cañón entre la cocina y el comedor, que como digo se llenó. La carta me pareció con precios ajustados y aunque obviamente la cuenta subiría de pedir platos sueltos tampoco creo que fuera más arriba de los 40-50 por barba. Tengo que aclarar que, pese a que no lo pregunté, este menú debía de incluir un vino pues en casi todas las mesas vi una botella de Finca La Estacada (un caldo barato pero muy digno, por cierto). Nosotros pedimos un Artadi Viñas de Gain 2010, un tinto que hacía mucho que no probaba y que me encanta (uno de los precursores de la “modernidad” en La Rioja, son la leche estos de Artadi, algún día habrá que probar El Pisón o el Pagos Viejos). Como detalle a favor del local hay que hacer constar que no nos cobraron el agua, algo normal en estos casos en los que pides vino aparte del menú, pero tampoco los cafés, y este gesto desgraciadamente no es tan normal. La carta de vinos a tono con el local, no demasiado extensa pero sí lo suficiente como para satisfacer gustos variopintos. El tinto salió a buena temperatura. En total pagamos 63 euros los dos (22 cada menú y 19 por el vino). Creo que muy buena la RCP. Salimos contentos y encantados, como para volver, desde luego.