Nueva visita a nuestro restaurante habitual en las excursiones enoturísticas al Barrio de la Estación de Haro (en este caso, tras el paso por Bodegas Roda). La salida del copropietario Miguel se deja notar en la gestión de reservas, la web y el trato al cliente. Por suerte, la cocina mantiene a Diego y la sala continúa atendida con seriedad y profesionalidad por Joana (copropietaria).
En esta ocasión, me decanto por el menú tradicional (19,90€) y el resto de comensales eligen a la carta.
Comenzamos por un excelente aperitivo de la casa: Huevo escalfado con una base de pisto, servido en un precioso tarro de mermelada.
El pan, excelente como de costumbre, a elegir entre olivas, integral y cebolla. Por supuesto sin cargo a la cuenta.
Para beber, nos decantamos por una botella de agua (1,5€) y un extraordinario Abel Mendoza Jarrarte 2013 (12€), el mejor Maceración Carbónica que hemos probado, puro zumo de frutos rojos.
Vayamos a los platos:
- Pochas a la riojana: Vienen acompañadas por las piparras de rigor, platazo lleno de sabor, bien desgrasado y con la legumbre en su punto.
- Ración de croquetas caseras: Han mejorado respecto a las probadas el año pasado, con una bechamel más cremosa y más tropiezos de jamón.
- Alcachofas con jamón: Clásico tradicional bien resuelto.
- Menestra de verduras salteada con huevo poché: Mantiene el nivel de anteriores ocasiones.
De segundos:
- Chuletillas de cordero al sarmiento: Dentro del menú tradicional, para mi gusto sosas. Habrían agradecido un puntito más de brasa.
- Entrecot de vacuno gallego con patatas: Igual al comentado el año pasado, bien.
Sólo tomé yo postre, una estupenda pera de Rincón de Soto al vino tinto, aderezada con canela. El sorbete de fresa que la acompañaba algo empalagoso.
Invitación de la casa a los cafés (buen detalle), chupitos y una relajada sobremesa en la plaza de Ollauri completaron una buena jornada.
Volveremos tras el paso por la bodega La Rioja Alta.