Restaurante acogedor y muy buena cocina

Visitamos por primera vez este restaurante, cena para dos un sábado por la noche. Local estrecho, con mesas en una única hilera, pegadas a la pared. Al fondo de la sala, un poco más ancha, un par de mesas algo más grandes. Nos acomodaron en una mesa redonda, ideal para 3 ó 4 personas pero que quedaba un poco grande para una pareja. Por suerte el local es silencioso y no hubo necesidad de sacar el megáfono para hablar con mi acompañante :) Mesas muy bien vestidas, local con una iluminación agradable y una decoración con motivos que recordaban un bosque. Servicio agradable y diría que muy cercano, para mi gusto quizás un pelín "demasiado" cercano, pero muy correcto. El local acabo llenándose por completo, pero el nivel de ruido es realmente bajo.

Para empezar nos trajeron los siguientes aperitivos: Mousse de sardina ahumada y "xof" de Vichyssoise, en sendas cucharillas, los dos muy muy conseguidos. Croqueta de conejo con xamfaina, para mi el mejor aperitivo de todos, super crujiente y muy sabrosa y finalmente pizza de gorgonzola, que en realidad es un buñuelo con un conseguido sabor a massa de pizza con queso.

Decidimos compartir dosprimeros platos, que nos trajeron separados ya de cocina: primero, el calamar relleno de huevo frito con patatas engradas, por recomendación del camarero como uno de los platos estrella del local. Plato muy original en el que los calamarcitos van separados del rebozado, que en su interior contiene en realidad la yema del huevo frito. Espectacular, aunque un plato bastante graso que ayudó a que al final de la cena casi no pudiéramos ni movernos. El otro primer plato, que también contribuyó lo suyo, fue un ravioli de foie con una bechamel que contenía queso y diría que trufa y que me hizo recordar bastante el canelón del "etapes" degustado hace unos días.

Los platos principales fueron un San jacobo de cordero y queso para mi pareja y una carrillera de cordero con verduritas y allioli de cebolla para mi. Los dos platos de cordero a muy alto nivel, materia de primera y perfecta preparación. Todo ello regado con un "Les Sorts Vinyes Velles 2007" D.O. Montsant (27,50€) que me pareció un gran vino. La carta de vino no es muy amplia pero contiene referencias bastante escogidas, con mayoría de vinos españoles pero sin caer en los tópicos más comerciales. Vino a temperatura correcta, copas de calidad, descorche, cata y servicio posterior (la botella, en una mesa auxiliar lejos de nuestro alcance).

De postre, a compartir, torrija de santa teresa con pasas y helado de queso fresco, sensacional aunque la tripa ya no daba para mucho más. La reserva, realizada a través de Verema (Restalo) tuvo un dto. del 40% en los platos (no bebida), así que la cuenta para dos personas ascendió a 107€, buen precio para un restaurante con estrella en Barcelona. Repetiremos.

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