Local muy cerca de la Clínica la Salud donde poder disfrutar de unas buenas tapas (y además diferentes), pero que destaca sobre todo por sus croquetas caseras.

Nunca pido croquetas fuera de casa porque es uno de esos platos donde la palabra "riesgo" toma su máximo significado, pero éste es un local donde ciertamente las bordan. Las de boletus, muy buenas y con un punto picante. Las de Idiazábal con anchoa, sorprendentes y para repetir. Las de pollo con trompetas, suaves y delicadas. Y por fin, las de jamón: espectaculares. No son baratas (1,80€/unidad), pero merece la pena visitar el local para disfrutarlas.

También disponen de varias tapas muy correctas (soldaditos de bacalao con crema de piquillos) y bocadillos interesantes (carne asada con pepinillos y crema de mostaza, una hamburguesa de buey que ya les gustaría tener a los del Fosters) que los diferencian del típico bar de batalla.

Destacable la variedad de cervezas decentes de que disponen (Alhambra reserva especial, Socarrada, Turia, Estrella Galicia,...). Para finalizar varios postres caseros no desentonan en una carta bastante "coqueta".

En definitiva, un taberna-bar de barrio, que ha sabido diferenciarse ofreciendo un producto bien elaborado y cuidado a un nivel que no es habitual en este tipo de locales. Añado unas fotos al directorio del local.

Se nota que son profesionales los que la regentan, pues consiguen siendo sencillo el lugar ofrecer comida de calidad, bien elaborada. El menú del día (lo tienen de martes a viernes) fue muy bueno y económico.

Un lugar donde tapear, saben tirar una caña de verdad. tambien menu a mediodia y todod los jueves cocido madrileño. muy recomendable.