Restaurante situado en un antiguo molino al lado del río Arenteiro. El edificio era utilizado por los agricultores para moler cereales en tiempos pasados y ha sido restaurado y preparado como restaurante.
El día, lluvioso desde primera hora, junto con los anteriores, hacía que el cauce del río prácticamente llegase a la planta baja del restaurante, lo que resultaba espectacular.
El restaurante tiene 2 plantas, una baja con una pequeña barra y unas pocas mesas, y una planta alta a modo de reservado en la que nos situaron junto con otro grupo.
Paredes de piedra rústica, suelos de madera, mesas de madera bien vestidas con manteles de tela, vajilla bastante clásica y copas buenas Spiegeleau para el vino.
Seis comensales adultos junto con dos críos, que nos decidimos a compartir unos primeros, tomando un segundo cada uno.
Los primeros elegidos fueron:
* Croquetas de jamón. 2 raciones de 8 croquetas con una bechamel bastante lograda y pequeños trozos de jamón que no aportaba demasiado sabor.
* Pulpo a la plancha. 2 raciones. En el sitio donde el pulpo tiene más fama en Galicia (curiosamente no es un sitio de costa), el cefalópodo no estaba demasiado bueno. Bien de sabor pero demasiado duro. Le faltaba haber sido cocido durante un rato antes de echarlo a la plancha. Las raciones tampoco eran muy abundantes para su precio.
* Coca de verduras asadas con foie. 2 raciones. La masa de la coca muy tierna y encima una especie de salsa de tomate, cebolla, berenjena y calabacín. Más arriba una especie de canónigos y coronando todo varias láminas de foie, todo ello aliñado con una reducción de módena. Este plato era sencillamente espectacular con la combinación de todos los sabores.
A continuación llegaron los segundos, todos ellos con muy buena pinta. Yo pedí Cochinillo con membrillo, que fue una de las recomendaciones de la camarera. Un buen trozo de cochino sobre una cama de patata y todo acompañado de membrillo en un lateral del plato. El cochinillo con la piel crujiente como debe estar y con un gran sabor. Yo soy más de salados así que el membrillo lo dejé para el final, probándolo sólo con un trozo de pan pero era buenísimo, casero, por supuesto. Un muy buen plato.
Como casi siempre en estos casos decidí compartir el segundo con mi pareja, y el elegido por ella fue Rabo de buey estofado. La carne súper tierna, perfectamente cocinada y con un sabor fuerte pero agradable. Se acompañaba de patatas cortadas a la mitad, con piel y hechas al horno.
Otros segundos elegidos fueron entrecot de buey y merluza en salsa verde. Los que los tomaron dijeron que estaban buenos ambos platos.
El postre elegido fue bizcocho de chocolate con 2 bolas de helado. El bizcocho estilo brownie muy logrado con buen sabor.
Para beber tomamos 2 botellas de The Flower and The Bee tinto 2011 que con su buena acidez contribuyó a que los platos pudieran terminarse al ir "limpiando" la boca. Además una botella de agua grande y un par de coca colas.
Por último, un par de cafés, otros 2 tés y los clásicos licores invitación de la casa.
En resumen, una buena comida en un entorno increíble.
Bizcocho con helado
Rabo de buey estofado
Coca de verduras asadas con foie
Sí que es curiosa la combinación pero a mí eso de mezclar un buen cochinillo con membrillo no me hacía demasiada gracia, con lo cual también me quedé con la duda. En cualquier caso ambas cosas por separado muy buenas.
Saludos!
Sí que suele ser bueno el pulpo de las calles, lo que pasa es que en esta ocasión y al ir con críos decidimos sentarnos cómodamente ;-)
Ya contarás qué tal la experiencia en ese molino. Esta tarde dejaré una foto del entorno porque es digno de ver.
Saludos.
Sí que estaba bueno el rabo de buey. Carne súper jugosa y blanda.
Gracias!
Tienes razón, muy guapo El Batán, de lo mejorcito que hay en la zona en todos los aspectos.
Es un sitio con buena materia prima y el trato que hacen de ella es bueno en general así que el resultado tiene que ser apetecible.
Muchas gracias!
Ni bicho ni raro Josean. En estas cosas ya sabes que dependes a veces del azar pues los factores a controlar son múltiples. Alguna vez me ha pasado que en una misma mesa, pero confeccionando distintos menús, tener cada uno una sensación muy diferente.
Un abrazo!!
A mí me ha pasado alguna vez el ir a un restaurante del que todos hablan maravillas y salir completamente decepcionado. Creo que las sensaciones también dependen mucho del día que tenga la gente de cocina y de otros factores externos.
Saludos!
Completamente de acuerdo. Incluso a veces también depende de cómo se encuentra uno mismo ese día.
Totalmente de acuerdo. Y de la compañía!!
Te dejo una foto del molino para que te hagas una idea.
Molino
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