Comida familiar celebrada el pasado sábado. El edificio por fuera no tiene gran encanto, lo mejor la vista desde el aparcamiento, Segovia que se adivina tras las colinas. Se accede al comedor a través del bar, pasando delante de la parrilla que le da nombre y que está a la vista desde el mismo. Buena ventilación, aunque al final si hay gente comiendo carne a la piedra uno sale ahumado quiera o no.

Nos decantamos por el menú especial, que por 25€+IVA ofrece 8-10 primeros y otros tantos segundos para elegir, amén de postre y bebida. Para poder probar más cosas decidimos compartir los primeros entre los cuatro que nos sentamos juntos, lo que me permite valorar el revuelto de morcilla (correcto, la morcilla suave, aunque quizás demasiado hecho el huevo), los pimientos rellenos de merluza y gamba (poco sabor del relleno, casi lo que más se notaba era el rebozado), las croquetas (lo mejor de los primeros, sin ser de las mejores que haya probado) y el carpaccio (supuestamente de buey, aunque cuando a la carne se la cubre generosamente de parmesano y lleva limón en abundancia seguramente es porque no es lo que promete).

Pasamos al segundo sin más cambio de cubierto que poner cuchillo adecuado a quien quería carne (creo que en un menú de 30€ por cabeza se podía haber tenido el detalle de cambiarlos a todos). Yo me decanté por un solomillo de ternera a la parrilla, que si bien estaba bien elaborado y en su punto adolecía de una presencia más bien triste: En un extremo de una bandeja ovalada, con unas pocas patatas fritas al otro lado, dando impresión de esa austeridad tan de moda actualmente.

Lo mejor vino en el postre, que consistió en una torrija caramelizada y acompañada de helado de turrón. El pan estaba jugoso, y el toque que le aportaba la capa superior de caramelo le confería el dulzor justo.

En cuanto al vino, el menú incluía un Señorío de Nava joven, correcto sin más. El servicio consistió simplemente en dejar las botellas descorchadas sobre la mesa.

En resumen, creo que cuanto se piden 30€ por una comida hay que cuidar más los detalles y la presentación.