Primera visita pero no la última

Buscando un sitio para comer en Pontevedra a última hora, nos acordamos de este restaurante, que no habíamos probado ninguno de los 4 que íbamos y que tan buenas valoraciones está recibiendo.

El restaurante está situado en el local que anteriormente ocupada otro restaurante interesante, Allo e Aceite, y cuenta con una barra a la entrada que da paso a un comedor con decoración cálida: mucha madera que lo hace acogedor. Cocina a la vista y ni pizca de olores, con lo cual no sales con aroma a comida, cosa que me resulta muy desagradable.

Servicio muy agradable, profesional y cercano, siempre pendientes de las necesidades del comensal.

Empezamos a ojear la carta y vemos que tienen un menú degustación por 25€ tremendamente completo y apetecible pero como se trataba de una comida de paso y todavía nos quedaban unos cuantos kilómetros por delante decidimos comer a base de tapas. La carta está compuesta por esas 2 opciones: menú o tapas.
Solicitamos que nos sacasen lo que ellos quisieran o considerasen mejor y las raciones para compartir se fueron sucediendo:

• Croquetas de jamón. Buena bechamel y buen jamón, en conjunto buen comienzo.

• Revuelto con jamón ibérico. Base de migas de pan, huevo y varias lonchas de jamón ibérico, gran conjunto.

• Arroz cremoso de bacalao. El arroz con un buen punto y el bacalao aportando el sabor necesario. Muy bien.

• Varitas de pollo rebozadas con salsa teriyaki. Las varitas de pollo poco tienen que ver con las que se pueden encontrar en otros restaurantes, con sabor a pollo real. De hecho yo apenas mojé la salsa para que no me quitase el sabor.

• Verduras de temporada y codorniz en escabeche. Una mezcla curiosa: las verduras a la plancha poco hechas con un punto crujiente muy agradable y los trozos de perdiz acompañando divinamente.

• Papada ibérica con cuscús. La papada es un bocado que me encanta y el cuscús, que no es santo de mi devoción, estaba realmente suave y bueno.

• Bolas de queso. Agradables pero quizás les faltaba un poco de potencia de sabor. Con un queso un poco más fuerte ganarían en intensidad aunque no todo el mundo disfruta con un queso con sabor potente.

• Sopa fresca de puerro y coco con pequeña moluscada. Un final fresco, emplatado individualmente, a base de una sopa de puerro y coco en la que se podían encontrar mejillón, almeja y navaja. Espectacular final.

Para acompañar las tapas nos ofrecieron 2 tipos de pan, ambos buenos: uno de centeno y el otro de trigo, quizás más contundente el segundo.

No nos quedamos con hambre para los postres y además no queríamos pesadez para continuar viaje así que paso directo a los cafés e infusiones.

La carta de vinos, como bien dice Javier en el comentario anterior, se nota que está elaborada por alguien que sabe "un poco" de vinos. Nosotros nos decidimos por un impresionante Alain Graillot Crozes-Hermitage 2011 que acompañó a toda la comida de maravilla. El tratamiento del vino bueno, se nota que es una casa en la que se aprecia.
También tomamos una botella de agua grande.

En definitiva, se trata de un restaurante que tiene una propuesta con una RCP tremenda. De hecho por la semana cuenta con un menú de 10€ muy elaborado y con buen producto. Tendremos que volver para probar el menú degustación.
Pongo un precio muy aproximado porque, a pesar de que me invitaron a la comida sé el coste.