Nueva reunión entre amigos amigos y esta vez nos decidimos por un restaurante situado en pleno barrio de Vallecas. Local sencillo pero con decoración moderna (suelo de tarima y tonos blancos, negros y rojos en las paredes). Apenas ocho mesas separadas prudencialmente y con menaje digamos que sencillo, aunque las copas tenían un aprobado alto. Aunque al final se llenó, no se sintieron para nada las conversaciones ajenas.

Servicio bastante inexperto pero con muchas ganas de agradar; nunca faltó una sonrisa por parte de la mujer que nos tomó nota.

Carta no muy generosa en opciones, con platos tradicionales de la cocina mediterránea, sin florituras. Intentan dar un toque creativo, pero la creatividad se queda en las presentaciones de algunos platos, no en sus elaboraciones.

De pan, un tipo de panecillo recién horneado.

Nos pusieron, como detalles de la casa, unos trocitos de lasagna de carne y huevas de pescado en salazón con un chorrito de aceite.

Cena para 5 personas:

Entrantes a compartir:

- Croquetas de carabineros con salsa de bogavante: Buenas croquetas. Bien fritas y con nítido sabor a marisco. Agradable el mojarlas en la salsa que las acompañaba. Dos piezas para cada uno por 8€.

- Saquitos de verduras y queso fresco con crema de calabaza: De nuevo resultón entrante, hechos con pasta brick muy fina y crujiente. La acidez del queso fresco compensada con el dulce de la calabaza. Dos piezas para cada uno por 10€.

- Callos a la madrileña: Pues también bastante buenos, aunque le faltó un poco de melosidad a la salsa.

De segundos:

- Chuletón de cebón a la brasa con sal Maldón: Generosa pieza de carne hecha sobre brasas de carbón, aunque no se puede decir que de primera calidad (demasiada grasa). No entusiasmó. Se acompañó de patas panaderas y pimientos verdes asados.

- Solomillo de buey con foie y salsa de jalea real: Pieza bastante tierna pero no muy generosa de tamaño. Aceptable.

- Brocheta de langostinos tigre al Armagnac: Media docena de langostinos medianitos y pasados por la plancha. Terminan el plato en la mesa flambeándolos con el licor. Aceptable.

- 2 x Steak Tartar de solomillo: El plato bandera de esta casa. Presumen de elaborarlo muy bien y puedo decir que el resultado es más que correcto. Antes de emplatarlo, te ofrecen una prueba por si quieres corregir el punto. Bajo mi punto de vista, el único pero es que la carne se pica demasiado (no creo que se corte el solomillo con cuchillo, aunque me aseguraron que así lo hacen). Se presentaron con rebanaditas de pan tostado, patatas panaderas y pimientos verdes asados.

De postres:

- Tarta de Brownie con helado: Para mi fue el mejor postre, por el sabor intenso a chocolate amargo y jugosidad.

- Leche frita con mermelada de naranja amarga: En este caso, la textura no me resultó ni suave ni blanda precisamente.

- Tarta fina de manzana caliente: Hay que esperar unos 10 minutos pero merece la pena. El resultado es bueno aunque no veo el porqué de emplatarla junto a una especie de natillas bastante anodinas.

- Plato de queso de oveja en aceite: Generosa ración de un correcto queso bien curado.

En la sobremesa, nos invitaron a unos chupitos de licores de hierbas o de café.

En cuanto a la carta de vinos, ahí está la tragedia. Pocas y comerciales opciones. No obstante, pudimos elegir un correctísimo y a buen precio Dehesa del Carrizal Shiraz 2008 (18€, IVA incluido). El servicio pues sin historia: Lo llevan a la mesa ya abierto y no están atentos a rellenar. Lo mejor la temperatura de servicio (tienen cava climatizada) y las correctas copas.

Precio total: 213€ (inc. IVA, cubierto a 1.50€, 2 botellas de vino, 1 botella de agua de 1l a 4€, dos cafés y una cerveza).

Nota 1: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con IVA y servicio incluidos y sin bebidas.

Nota 2: Aunque la nota sea de un aprobado, creo que es un local honesto y algo atrevido para la zona del que no salimos ni mucho menos decepcionados, con ganas y que no lo hacen nada mal.