Si no quieres que tus clientes pidan el plato del día, es muy sencillo: ¡no lo ofrezcas! Digo esto porque había que ver la cara del dueño al ignorar sus interesadas (que no interesantes) sugerencias y ceñirnos al plato del día, inmediatamente se delató como un avaricioso cuya amabilidad llegaba hasta el dinero que pensábamos gastarnos. Aún así el aguililla logró colarnos una cerveza como bebida que luego no entraba en el menú. Pero lo mejor es que también nos cobraron un tinto de verano. Le dije: "oiga, el vino y la casera entran en el plato del día, ¿también nos van a cobrar el tinto de verano?", y el tío va y me responde que le han puesto brandy y se queda tan pancho. Total, que pagué dos menús con supuesta bebida incluida y, aparte, la bebida. Tonto de mí, tendría que haberle dicho: "muy bien, pues tráigame ahora dos copas de vino". Me habría gustado ver su careto, pero no caí en el momento. En su lugar me fui prometiéndome que jamás volvería.
El restaurante es agradable y la comida buena, pero el servicio... Aparte de algo lentos, al dueño o metre se le ve "demasiado" amable, sugiriendo toda clase de especialidades; apenas puede disimular su descontento si le pides el menú, en nuestro caso uno de fin de semana por 20 euros. Caramba, ¡pare eso no pongas menú! Por supuesto y antes, el buen señor ya se ha asegurado de sugerir también bebidas no incluidas en el susodicho menú, ante lo cual picamos el anzuelo. Se incluye vino y casera o agua, y a pesar de sus recomendaciones de una cerveza de barril, lo que pedí en cualquier caso fue una Coca-Cola (mea culpa). Pero el colmo fue cuando, habiendo pedido mi novia un TINTO DE VERANO, van y nos lo cobran aparte. Llamo al camarero: "oiga, está incluido vino y casera, y yo ni siquiera he pedido la bebida del menú... ¿qué pasa con el tinto de verano?". Total, que el tío va a preguntarlo y vuelve diciendo que lleva brandi o martini (¿?), así que no se incluye. Me pareció un gesto rastrero y lamentable, que confirmaba plenamente las sensaciones causadas por el metre, tratando de arañar hasta el último céntimo. Por Dios, ¡un tinto de verano! Este tipo de detalles, al menos a mi, me alejan totalmente de un restaurante. Imagino que si vas a lo grande, te harán la pelota y saldrás encantado, pero no fue mi caso.
Comida familiar (13 personas) en este restaurante que yo no conocia pero el resto si y tenian buena opinion de la comida.
El local es agradable, algo oscuro pero nos resultó comodo. Solo hubo 3 mesas mas y a pesar de que eramos muchos, no resultaba ruidoso. El dueño es quien se preocupa de la comanda y todos los detalles y como recordaba al grupo se moletó en intentar quedar bien de nuevo. El servicio empezo siendo fabuloso pero entre el segundo y tercer entrante esperamos exactamente 35 minutos y casi 20 minutos para el plato principal que en su mayoria fue lomo de buey ( asi lo llamo pero lo dudo) a la piedra que poco tiene que preparar. La comida nos llevo 3 horas con el consiguiente cansancio de esperas.
En cuanto a la comida el dueño nos recitó fuera de carta un monton de opciones, sin los precios como es habitual, pero no pedimos nada fuera de carta.
La carta de vinos es cortita y justamente el Dominio de Tares cepas viejas que pedimos no lo tenian. Nos ofrecio un Luis Cañas 2010 a 17€ que resulto aceptable y tomamos dos botellas ( de los 13 comensales, 5 eran menores).
En cuanto a la comida, compartimos:
- Croquetas de jamon: bien
- Croquetas de calamares en su tinta: muy buenas
- Morcilla de Burgos empanada. Original
- Hojaldres de foie y cebolla confitada. Muy buenos. Pero nos hicieron esperas esos 35 minutos
Como segundos:
- Carne de buey ( no lo era) a la piedra. Con el consiguiente humo ya que lo pedimos 7 personas
- 2 bacalao dorado: comentaron que algo pasado de sal
- 3 entrecot a la pimienta y al roquefort: bien
- 1 merluza con almejas: comentaron que muy fresca y con abundantes almejas
Solo se pidieron 2 pudin de postre, 5 cafes y les pedimos 3 chupitos de pacharan que no ofrecieron y se hicieron rogar aunque luegono los cobraron.
La cuenta ascendio a 450 € que teniendo en cuenta que habia 3 niños pequeños que apenas comieron no resulta muy economico.
Eche un vistazo al detalle de la cuenta y los primeros estaban en los 12 € aprox y los segundos en torno a 20€. Tuvieron ademas el feo detalle en mi opinion, de contar a los 3 niños que pidieron carne a la piedra como adultos tanto en la cantidad ( que sobró) como al cobrarlo por supuesto ya que lo sirvieron. Los niños tenian 11, 7 y 5 años y especialmente entre los dos ultimos no creo que comieran ni media racion de adulto.
En resumen, no se come mal pero creo que los precios son altos. Por otra parte las pausas en el cadencia de platos resulta tremendamente cansina y deberian prestar algo mas de atencion.