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Pues ojeando una revista local típica para “gourmets”, leí un artículo sobre este restaurante situado en un palacio en la orilla asiática del Bósforo. Me puso los dientes largos sobre el ambiente y su cocina tradicional otomana. Así es que reservé y tomé taxi desde el hotel. La verdad es que las vistas desde los jardines y desde la terraza del propio restaurante prometían (el palacio se encuentra en una colina), además de una calurosa recepción. Pero desafortunadamente me tuve que sentar en el salón interior pues las temperaturas por la noche caen muy por debajo de los 20º en Estambul en esta época del año.
Local muy amplio con mesas correctamente vestidas y muy separadas entre si. Decoración minimalista y fría. Solo en un lateral destacaba parte de los muros del palacio, por lo que el restaurante no se encuentra dentro del palacio, sino anexo a él. Pero lo más importante era el inmenso ventanal con vistas al Bósforo (lástima que fuera de noche). Servicio muy numeroso pero bastante ineficiente. El maitre atento y sin problemas con el inglés.
Carta amplia con oferta de comida tradicional otomana e internacional mediterránea. Se incluye también una sección de kebabs. De pescados, solo una opción esa noche.
Te ponen una cesta con varios bollitos de pan aceptables junto a un poco de mantequilla salada y un poco de queso de cabra.
Cena para una persona:
- Domates Çorbasi: Sopa de tomates frescos al estilo de la ciudad de Bursa (¿será por el perejil picadito que se echa por encima?). Me resultó muy potente de sabor aunque un pelín salada.
- Su Böreği: Una especie de lasagna hecha al horno con pasta tradicional turca, queso fresco de cabra y perejil. Me pareció estar comiendo solo un pastel de pasta sin apenas queso y perejil. Simplón el resultado.
- Kuzu Tandir: Paletilla de cordero al estilo de Konya. Mucha ilusión tenía por el plato fuerte, pero me decepcionó el asado. Se presentó deshuesada, con la carne algo fibrosa y seca. Se acompañaba de puré de berenjena asada y arroz cocido con frutos secos. Me pareció que llevaba hecha desde hacía días y recalentada en el momento. Se lo comenté al maitre y tras un intercambio de opiniones, me pidió disculpas y me ofreció cambiarlo por otro plato. No sé, pero cuando se llega a esta situación, ya no me apetece seguir cenando y pedí la cuenta.
No llegué a tomar postre por lo comentado anteriormente.
Buena carta de vinos aunque solo turcos. Incluso había bastantes opciones por copas. Me pareció en cualquier caso muy subiditos de precio (por encima de los 40€). Tomé una copa de vino blanco de Anatolia: Vin&Art Narince Chardonnay 2011. Se sirvió en una copa correcta y con temperatura algo elevada para mi gusto. Para la paletilla pedí una copa de merlot, pero se olvidaron servirla. Tampoco la reclamé ante la situación antes descrita. Cuando salía del restaurante, me pareció ver un sumiller en la sala; pero ya era tarde.
Precio total: 40,70€ (incluido servicio, botella de agua grande y copa de vino).
Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con servicio incluido y sin bebidas.