En los bajos del espectacular Hotel BAMORAL se encuentra el Restaurante NUMBER ONE del Chef Jeff Bland, con una Estrella Michelin desde el año 2012.
El restaurante está decorado con cierto clasicismo, acorde a un edificio tan emblemático de la ciudad de Edinburgh, sin olvidar acordes modernos expresados a través de sus cientos de cuadros contemporáneos que cuelgan de sus paredes.
La separación de las mesas permite una intimidad sin igual, el restaurante en la noche de domingo está parcialmente lleno.
El trato, para que nos entendamos es muy “bristish”, a lo mejor para un latino en exceso. A pesar de esta apreciación, los detalles (que los hay) no son muy habituales (p.e. la copa de cerveza vacía permanece en la mesa casi toda la velada).
La reserva es la última del día (21:30 horas) y se notan ciertas y constantes prisas (p.e. el menú degustación sólo se sirve hasta las 21:00 horas, a pesar de llegar quince minutos después de esa hora, no hay opción de ser servido).
Sólo hay dos menús, el menú degustación (5 platos además de los canapés y aperitivos entre platos) y un segundo menú formado por 3 platos (uno de entrante, un segundo y un tercero, además de los canapés y aperitivos), supongo que se puede pedir menos platos.
La carta de vinos es extensa y desproporcionada en precio (p.e. Ramelluri a 66 Libras), optamos por género patrio PSI 2009 también a 66 Libras, para algarabía del sumiller.
Uno de los jefes de sala era italiano por lo que nos ayudó a saber que estábamos comiendo:
Los canapés y aperitivos están bien sin más.
Como primer plato vieira con ligera salsa y varias hojitas que acompañan. Muy correcto.
Como segundo un excelente foie de oca acompañado de salsa de pistacho, más hojitas y un cítrico que no distinguí.
Para el tercero, diversificamos, pedimos un estafado de carne, un pelín duro (el cuchillo no ayudaba) pero de sabor muy bueno, estaba acompañado por risoto, alguna seta y una hoja frita de alguna alga deliciosa. El conjunto final es muy bueno.
Como segunda opción recurrimos u un beef de grouse (urogallo), que estaba perfectamente cocinado, acompañado por setas y espinacas y moras. Realmente muy bueno.
Como postre hay opción de probar la selección de quesos, a pesar de que no quedaba nadie en el restaurante estuvieron muy atentos en la elección y explicación del género, fantásticos los quesos azules (los dos de Escocia), un francés cremoso muy bueno y un par más escoceses muy interesantes, se acompañan los quesos con uvas y trocitos de membrillo. Muy bien en general.
El servicio de pan y café muy bueno.
Para rematar la noche nos fuimos a la sala de Whisky del Hotel BALMORAL a disfrutar de la espectacular colección de la bebida nacional escocesa, trato fantástico con explicación y búsqueda del mejor whisky.
Conclusión: Buen restaurante pero de un tono excesivamente frio para nuestra cultura y con un temible adversario en Edinburgh: CASTLE TERRACE. Mi impresión es que no hay opción a la hora de elegir por uno de los dos (se que hay alguna opción mas en la ciudad). Las comparaciones, a veces, son odiosas.