Después de salir del teatro, sin casi hambre por haber tomado algo antes de entrar, dimos una vuelta por la zona de La Latina. Las estrechas calles son un hervidero de gente, locales a rebosar, barras aglomeradas de comida y personas al acecho de las tapas allí expuestas.
Poco a poco, nos fuimos alejando un poco de la calle Cava Baja y llegamos a Txirimiri. Como la mayoría de las tabernas de tapeo, nada mas entrar hay una barra con los productos expuestos y al fondo un pequeño comedor. La barra estaba llena y decidimos comer en mesa.
Tomamos un par de cañas, una hamburguesa Unai en tempura con salsa de boletus y unas kokotxas con salsa de guisantes y su pil pil.
Es una pena no haber ido con mas hambre, la pinta era excelente y nos quedamos con ganas de haber probado mas. Lo tendremos en cuenta para una próxima visita.
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