Cambio de ubicación......

La ubicación, la decoración y el nombre han cambiado pero se mantiene la esencia, la dirección, la materia prima y el tipo de cocina.
El cambio desde un barrio periférico de Barcelona a una de las zonas de negocio cerca de la plaza Francesc Macià y de varios hoteles hará que se amplie el publico objetivo de este restaurante.
De Hermanos Tomás a Tomax???, alguna explicación habrá. Julian Tomás Jr. si cabe con pasión renovada dirige este nuevo local cuyos cambios han afectado únicamente a la estética, puesto que continúa ofreciendo los mismos platos de cuchara de siempre las pochas y las alubias, la misma morcilla de siempre, los torreznos de siempre. Buena oferta de pescados y de carnes, para la mí el lechazo es uno de los platos que borda.
Ha mejorado la carta de vinos.
En esta ocasión éramos tres comensales y pedimos tres torreznos y seis rodajas de morcilla, tres raciones de "extendida" (hogaza de pan que sirven caliente) a la que a una de ellas dimos cuenta antes de que trajeran el primer plato mojandola con un exquisito aceite procedente de la comarca del Montsià.
Un cuarto de lechazo al horno compartido entre dos y pollo de corral guisado para el tercero. El lechazo horneado únicamente con agua y ajos, el pollo bien guisado pero lo sirvieron frío por el interior.
Destacar que al solicitar la cuenta no nos cobraron el pollo, detalle que es de agradecer.
Cayeron dos botellas de un D.O. Empordà, Clos Diana servido a temperatura correcta, dos cañas de cerveza y agua de litro.
Postre dos sorbetes de gin tonic y una pirámide de chocolate.
Tres cafés.
Servicio atento y agradable capitaneado por Julián, si no conoces el restaurante, déjate aconsejar por él, no te defraudará.