Y buscando un segundo Bar para completar la cena, me tropiezo con La Mejillonera, y como los mejillones me encantan y el Bar estaba a tope, algo que augura que muy mal no lo deben de hacer, en un descuido de unos parroquianos me hago un hueco en la barra.
Parece ser, por lo que he sabido después, que lo típico en este local son las patatas bravas, y lo cierto es que salían platos de patatas continuamente y la pinta era excelente, así que ya tengo una excusa para volver.
Como no sabía por dónde decantarme, pedí al azar.
Una de Mejillones con Salsa Picante. Muy, muy, muy, pero que muy buenos, y muy, muy, muy pero que muy picantes, y a mí me encanta el picante, así que un plato para repetir.
Para seguir con media de Croquetas de Mejillón y Aceitunas. Estoy totalmente convencido de que estaban muy buenas, por lo menos por la textura, que es lo único que con el picante de los mejillones pude paladear, así me lo pareció. Menos mal que aconsejado por el camarero pedí media ración ya que son bastante completas.
¿La Cuenta?. 7,55 eurillos. De nuevo una relación calidad/precio espectacular.
Tengo yo que venirme a pasar unos días por aquí.