Aquí, carne y pescado.

El tercero de los restaurantes a los que tenía que llevar a mi propia en mi última visita a Venecia -ya metidos en pleno carnaval (qué maravilla!!)- fue otro que ya tenía comentado en estas páginas: la Osteria de Santa Marina, cuya ubicación -descrita con detalle en mi comentario anterior- es quizá lo más “problemático” de este buen restaurante, al cual merece la pena acudir.

Por no reiterar lo ya dicho con anterioridad, simplemente apuntar que es un restaurante que se amolda al concepto de trattoria, pero con un punto más de calidad, de finezza. El sitio es muy agradable, con sus dos espacios, normalmente está lleno hasta la bandera en fin de semana y con un trato del personal, así como una vajillería/coperío que está a buena altura.

El servicio es bueno -de nuevo lo fue en esta ocasión-, y aquí entienden de comida, de vinos y de dar satisfacción al cliente.. si bien en esta ocasión debo reconocer que no estuvimos muy acertados en la elección, tanto más sabiendo el buen género y preparación que se “gastan” en el lugar en materia de carnes y pescados, que es muy, muy bueno. Pero oye, era comida y nos apetecía pasta y algún entrante más postre... Y hay que probarlo todo y, además, donde manda patrona, no manda marinero.

Me limito pues a recordar que es un restaurante en donde tiene una buena variedad de antipasti, algunas pastas, y diversas carnes y pescados (entre 12 y 30 euros), con una buena carta de vinos y paso ya, sin más, a describir la comanda y vino degustado.

La comida viene siempre precedida por un aperitivo, que suele ser creativo. En este caso era, de nuevo, unas anchoas marinadas con bacalao mantecato (una especie de brandada) sobre una base de polenta con aceite: bien presentada, en un plato blanco enorme y con un buen sabor. Es un detalle, pues en algunos otros sitios, tanto en Venecia como en el resto de Italia, te cobran un coperto similar (8 euros) y no te dan ni las gracias.

En cuanto al primero (a compartir), elegimos un fritto de mocche (nécoras) y carcioffi (alcachofas) -20 euros-. Reconozco que las alcachofas -presentadas con el corazón por un lado y el resto como en filamentos- estaban buenas, pero las nécoras fritas resultan, por lo menos para mí, un imposible. Eran pequeñitas, lo que facilitaba su comestibilidad, pero no acabo de verlo. Es una tradición en Venecia: te pueden freír todo tipo de marisco o similar (p.e., unas navajas); sin embargo, algo no cuadra en este caso, por muy fino y delicado que sea el género.

Dicho esto, pasamos a los segundos: para mi mujer, unos linguini, acompañados de mórbido de patata, y pequeños -aunque abundantes- trozos de pimientos verdes, tomates y calabacin. Pretendidamente debería llevar también granseola (centollo), pero éste se limitaba a alguna pata suelta del susodicho. Eso sí, debo decir -pues sería injusto no señalarlo- que la cocción era simplemente perfecta, y el conjunto de los ingredientes acompañados de una salsa sencillamente deliciosa (16 euros). Para mí, unos paccheri amatriciana, idénticos en cuanto a la cocción y acompañados de una salsa de tomate, de buen sabor, con una leve ralladura de queso y especiada con un toque de tomillo, pero ...., ¿dónde estaba la esencia de la pasta a la amatriccana que debe hacerte “arder” la boca y que tantas veces me ha exigido un helado inmediato en Roma?. Corto de pimienta, sin duda. Falto de fuerza (16 euros).

Las raciones fueron aceptables, pero seguía habiendo hambre, con lo cual nos fuimos a la selección de quesos, lo mejor sin duda de la comida (18 euros). 6 quesos (pecorino 6, 12 y 18 meses, queso azul, gorgonzala y parmigiano), acompañados de confitura de tomate y melocoton, nueces, avellanas y pistachos. Para terminar de pulirnos la botella de vino, un excelente Chianti clasicco Riserva Antinori “Badia a Pasignano” 2008 -perfectamente servido-, 45 euros pagados muy a gusto, al tratarse de un vino muy completo que hubiese acompañado a una carne -ay, esa carne!!- a la perfección

Se cierra el comentario con dos cosas fundamentales: el pan, magnífico de nuevo, 5 panecillos riquísimos y prácticamente recién hechos. Y los petits fours venecianos: una docena de biscottinis variados y a cual mejor (por cuenta de la casa).

Lo dicho, y parafraseando un conocido título cinematográfico, bien podría resumirse esta visita diciendo que “No es lugar para pasta”. Reiterando mi opinión de que es un lugar que hay que visitar, aquí lo mejor es el pescado y la carne. Debiendo puntuar, no obstante, lo comido y bebido esta vez.

  1. #1

    oscar4435

    Como dirían los hombres G , in veneciaaaaaa.

  2. #2

    Joaquin1965

    en respuesta a oscar4435
    Ver mensaje de oscar4435

    Menos mal que como como algo más que "y mortadela ...." ;-). Aún me queda uno que comentar, dura labor esta :-)

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