Restaurante situado en el pintoresco pueblo de Saint Jean Pied de Port, centro de recepción de peregrinos antes de llegar a Roncesvalles.
El local en si es mas bien un bar o cafetería donde se agolpaban delante del televisor un nutrido grupo de aficionados al rugby.
Fuera dispone de una acogedora terraza al abrigo de unos arboles, con unas inmejorables vistas al río.
Las mesas son pequeñitas, correctamente vestidas y muy cerca unas de otras, aunque también disponen de otras tipo merendero para reuniones familiares.
Vajilla y cubertería correcta y copas minúsculas.
Servicio joven y eficaz que habla perfectamente el castellano.

En cuanto a la comida pedimos para compartir:
- Ensalada Maison, la típica ensalada de de lechuga, tomate y cebolla a la que se añade, frutos secos, un par de medallones de foie micuit y mollejas de pato laminadas, la verdad es que estaba buena y era mas que generosa.
- Le Montagnard, se trata de un plato combinado a base de patatas fritas, dos lonchas de panceta, una salchicha de carne de cordero bastante condimentada y piperrada, pues también una mas que generosa ración sin nada destacable.
Para la cría una ración de patatas fritas, aunque también comió de los padres.
De postres, un helado de chocolate, cremoso y para nada dulce, recordaba a un buen chocolate negro.
Y tarta de manzana con helado de caramelo, de las mejores que he probado, con la masa crujiente por fuera y el interior bien calentito y con un golpe de licor que al mezclarse con el helado daba como resultado un bocado delicioso.

En cuanto al vino disponen de una escueta carta con precios al doble que en tienda, en este caso pedimos un Domaine Brana Ilori 2011 a 22€, presentado en una Ice Bag y con servicio de descorche y prueba.

Un lugar sin mas pretensiones que dar de comer correctamente en una terraza de lo mas agradable.