En el centro de Sri Lanka es complicado salirse de la turistada de los hoteles para comer o cenar. Pero tras preguntar varias fuentes nos recomendaron este restaurante local donde al menos nos dijeron que se garantizaba limpieza. Es un pequeño negocio en la calle principal con mesas de madera que se comparten. Una pequeña barra con una nevera con agua, cocacola y fanta. Al fondo en plan buffet unas 6-8 cazuelas con los diferentes currys y acompañamientos. Te sirves lo que te apetece y ordenas la carne o pescado que quieres aparte para añadir . Nosotros pedimos un pollo con curry rojo muy picante que estaba buenismo. Los nombres de los platos en cingales no los recuerdo pero se basan en verduras tipo espinacas, berenjenas, coco rallado picante (sambol), lentejas (dahl) y por supuesto todos los currys imaginables. Por supuesto siempre un buen arroz en abundancia. Nos pusieron un platito de chiles fritos y otro de papadums. Riquisimo. Abstenerse quienes no toleren el picante. Pagamos al cambio unos 5 € incluyendo agua. Estaba lleno de gente sencilla de la zona haciendo la parada del almuerzo.