Local cercano a uno de los canales y donde se concentran todos los restaurantes turísticos con terrazas frente a esas casitas de colores y cuyos bajos son una sucesión de locales de comidas y que tienes la sensación de que elijas el que elijas, te habrás equivocado, pero la realidad es que las diferencias son pocas ya que la competitividad te hace igualarte en calidad y precio o no sobrevives.

Cena de grupo y por tanto menú cerrado en comida y bebida. Local correcto pero por la noche olvidate de la terraza a no ser que vayas con equipo de ski, con buenas vistas si te toca ventanilla (como en el avion) pero el resto ve un entorno de local cerrado y con mesas corridas para maximizar servicios. Servicio rápido y eficiente, sin escatimar en bebidas, pan..

Camarones con salsa danesa, ración justita de buenos camarones muy bien hechos con leve paso por plancha y una salsa (no es lo mío) correcta por aquello de que es danesa.
Un buen lenguado hecho al grill con patatas cocidas y espárragos. Es verdad que aquí los pescados, además de más grandes, saben mejor y los cocinan bien. La alternativa era entrecotte con salsa de vino que se comentó como muy correcto.
De postre una especie de crema semilíquida danesa con frutos rojos compotadas muy agradable y bien contrastada la acidez de los frutos rojos con los lácteos de la crema.

Lamentablemente no apunté nada de la bebida porque prestamos poca atención a la cena ya que estabamos algunos más pendientes el whatsapp porque algunos "amigos" desde España no paraban de decirnos que al Noma que íbamos a comer al dia siguiente, lo habían defenestrado de número 1 del mundo mundial.¡¡¡JUSTO LA NOCHE ANTES!!!
Desconozco el coste pero salimos con las orejas gachas no por culpa del cocinero porque la calidad del producto fué buena en todo momento, con nula creatividad.