Rovinj es una localidad preciosa y encantadora. Probablemente por eso mismo está llena (pero llena) de turistas. Como quiera que merece la pena visitarla, es de recibo buscar y encontrar lugares donde poder comer algo. Balbi es uno de ellos. Está en el casco antiguo, en una plaza encantadora. Terraza agradable aunque con mesas muy juntas. El interior solo tiene tres o cuatro mesas y es totalmente descartable. Mantelería y cubertería bien. Tuvimos que esperar 10 minutos para sentarnos un domingo por la noche, pero el servicio, atento aunque informal, se encargó de sentarnos lo antes posible. Comenzamos con una "ensalada griega" que no era sino un picado de verdura cruda: pepino, tomate, pimiento amarillo. Todo con rúcula y un queso blanco de la región. La materia prima era eminentemente fresca y sabrosa, estaba perfectamente aliñada, y el queso, aunque pelín demasiado salado para mi gusto, estaba delicioso. Después pasamos a los platos principales. Mi pareja se pidió unos calamarcitos a la plancha con ajo que estaban bien frescos, muy bien cocinados, sin demasiado ajo, deliciosos. Fueron acompañados por una polenta uncia con caldo de pescado que estaba sabrosísima. Yo opté por una lubina a la plancha que no podía estar mejor hecha (fresca, obviamente). Acompañada por un puré de patatas y espinacas que estaba correcto. De postre compartimos unas simples crepes con Nutella que quedaron muy bien resueltas, aunque algo demasiado abundantes. En total, con pan (normalito) y agua mineral grande, pagamos 225Kn. (menos de 30 euros). Muy razonable.
No valoro servicio del vino porque no tomamos. De hecho, justo enfrente del restaurante hay un bar con una selección incomparable en el casco antiguo, así que vale la pena pasar al sitio de enfrente antes o después (o antes y después) a degustar vinos de la región, con copas a precios razonables. Piassa Granda, se llama. La combinación entre estas dos terrazas es lo mejor a lo que uno puede optar en Rovinj, sobre todo si (como nosotros) prefiere una plaza animada (a ratos demasiado) del centro del pueblo a comer pescado en el puerto con vistas a un mar del cual, probablemente, no procede.