La subida al castillo del Papa Luna se hace más lenta de lo habitual no por los escalones en sí, sino por las paradas que haces ante los vendedores que hay en la puerta de sus respectivos restaurantes. Tan sólo necesitan un par de metros de distancia, no más. Ofrecen su menú con entusiasmo.
He de decir que buscaba algo así, y que practicamente tenía rechazado el que parece mejor, al menos el más visitado en esta web, y también el más caro.
Al final, prevaleció una pizarra donde había escrito Arroz de galeras, sepia y alcachofa 12 €.
Esto hizo saltarnos lo pretendido y comer a la carta. El arroz tenía buen sabor, las galeras no valen más que para este fin, la sepia es el agradable tropezón, y la alcachofa el contrapunto con el toque intenso de huerta. Una pena que el grano quedara un tanto roto, al menos, no con el punto perfecto de cocción para mi gusto. Servido al centro en una de esas perolas de aluminio con generosa cantidad para tres, cuando éramos cuatro.
Al centro se pidió unas puntillas rebozadas 9.5 €. Todo un fijo ya por nuestra parte en este tipo de restaurantes marineros. Una buena fuente de buena fritura, sin misterios.
Pulpo Gallega 12 €. Plato que se nos recomendó. El pulpo en casa gusta mucho y accedimos. Plato pequeño para cuatro con rodaja también pequeña, muy tierna, eso sí, pero sin mucho sabor. Caro.
Precedió a la comanda como aperitivo invitación, unas tostadas de pan con tomate rallado y boquerón en vinagre de buen calibre y nada agresivo.
En cuanto a postres, un par de sorbetes de limón a 4.5 €, un flan casero 3.9 € y un helado industrial 2.10 €. Sorbetes más en la línea de un granizado de heladería pero suaves y refrescantes.
De beber un par de botellas de agua de 1/2 l. a 2 €. y una botella de Freixenet Brut Barroco 16.50 €. Servido en cubitera con cambio de copas por unas apropiadas de blanco marca Spiegelau.
El restaurante data de 1952. En su día y fijándome en el local, sería un bar sin más con una alargada barra que ocupa la mitad del interior y a la que puede deba su nombre. Hoy se basa más en la terraza, que fue donde comimos, y en una de esas cartas tan turísticas con fotos de los platos que a mi particularmente me dan repelús.
El turismo manda.
Sensación de haber acertado relativamente. Agridulce. Aunque paguemos más por ello, cuanto nos salva el poder comer con un buen vino, como en este caso.
Arriesgar a veces tiene estas cosas.
Si te oye Enrique de Apicius haciéndole el feo a las galeras... Prueba su arroz de sepia y galeras y verás como cambias de opinión, no siempre sirven para dar gusto al caldo.
Y en lo de arriesgar, me parece fantástico, eso es lo que hacemos los que seguimos Verema, contar nuestras vivencias, y siempre tiene que haber un primero.
Saludos.
Coincido con Emili en que las galeras además de tener un sabor elegantísimo pueden dar mucho más de si. Recuerdo unas galeras rebozadas que me probamos en l'antic molí de Ulldecona, buenísimas. Ahora, cómo lo hicieron para pelarlas no te lo sabría decir, porque un día lo probé en casa y menudo pifostio monté para destrozar 4 galeras. Saludos,
Ferran
P.D. he ido a la web y precisamente mira lo que he encontrado: http://www.anticmoli.com/images/stories/documentos/menugaleresblau.pdf
Lástima que haya llegado tarde, estaré atento al año que viene!
Pues que me lo demuestre, jeje... que llevo años sin visitarlos.
Tienen sabor, pero poca chicha.
Oye, que si véis una galera, pedirle disculpas, que no quería ofender. Que yo las chupo y todo eso ;-)
Hice un curso de cocina donde Enrique nos enseñaba a preparar el arroz en cuestión. Te digo el truco para pelar las galeras:
Pillas unas tijeras de cocina afiladas, y cortas lateralmente por ambos lados esa especie de aletas que tienen. Si afinas el corte, tanto la parte superior como la inferior de la corteza salen solas.
Saludos.
Si fuera cura te ponía ahora mismo a rezar tres padrenuestros.
Si fueras cura, chuparías tu también.
No, si eso mismo fue lo que hice pero no hubo manera. Igual es que no debían ser bastante grandes las galeras. No se, repetiremos a ver si hay más suerte. Saludos,
Ferran
Jajaja... si te oye el clero verás.
Ya les pediremos disculpas de tu parte, es que eres un criticón :P
Mucha chicha no tienen pero muy rica, eso sí. Saludos,
Ferran
No lo discuto. Son baratas, por eso se es generoso con ellas.
Cierto! Esa subida es algo peligrosa, te asaltan los RR.PP. o cómo se llamen esos vendedores. Y un sábado de agosto tenía que estar la cosa bonica...
Pero, y lo bonito que es el entorno!! Con sus vistas al mar, el castillo, las escaleras y calles empedradas... Eso al final también lo cobran.
Bueno Oti, enhorabuena por ese día veraniego en familia, aunque sea un poco mejorable.
Besets!
Tiene vida y encanto. La visita al castillo es fundamental, si es guiada, mejor. Esperaba algo más de autenticidad en cuanto a lo gastronónico en la parte vieja.
Recibidos. Te los devuelvo ;-)
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