Tapas y gente encantadora

El Palmar no es un restaurante sino un bar que a la mañana y la tarde hace de taberna de tapas y por la noche se convierte en bar de copas, con alguna actuación de vez en cuando. Aunque no tiene la menor pretensión de restaurante se puede disfrutar de buenas tapas e incluso apañarse una comida o cena con tapas, raciones y bocadillos. Hasta hace unos años esta costumbre de sacar tapas con la bebida casi no existía en San José, capital turística de ese paraíso que es el Parque Natural del Cabo de Gata. Algo insólito en una provincia como Almería, meca mundial del tapeo “gratuito” mucho antes de que los bares de tapas proliferaran por toda España al albur del éxito del pincho vasco. Pues bien, ahora ya se ha extendido la costumbre entre los locales del lugar y aunque la oferta es similar en casi todos El Palmar destaca entre todos ellos por varias razones. Primero, porque lo que te sirven tiene calidad garantizada. Puede que la oferta sea algo limitada pero pide seguro lo que te ofrezcan, que fijo que estará bueno. Lo segundo y más importante porque la amabilidad y saber estar tras la barra de sus propietarios, Paco y María, no tiene parangón. Son gente seria estos almerienses, seria en el buen sentido (¿será verdad eso de que el “gracejo andaluz” es cosa de Andalucía Occidental, de Cádiz, Sevilla y más allá?). Así que para atender su negocio cuidan lo que compran y sirven y se esmeran en la atención al cliente. En pocos sitios me he sentido tan a gusto como este verano en nuestras visitas diarias a El Palmar. ¿La oferta culinaria? Lo esperable: boquerones, saltón (pescaditos), puntillitas fritas (todo un maestro Paco friendo pescado), pulpo en vinagreta, unas estupendas hamburguesas caseras, pincho de lomo o ensalada de marisco. Todo rico, todo fresco (si el pescado del día no es del gusto del propietario no lo ofrecerán ese día). Poco más. Local agradable y pulcro, una terraza sombreadita y ricas cañas bien tiradas (no indagué si había oferta vinícola, lo suyo allí era pedir cerveza acompañada de las tapas que tocara ese día). La caña con tapa sale por 2 euros así que comiendo a tapas y pidiendo alguna ración para completar se puede hacer una comida o cena informal por 10-12 euros por barba sin problema. En definitiva, sitio francamente recomendable regentado por gente encantadora (el negocio es familiar cien por cien).

  1. #1

    Jose Luis M

    Yo no soy una persona demasiado exigente, pero no vuelvo a este local ni por todo el oro del mundo. El servicio pésimo, las tapas de mala calidad que no pasarían ningún control de calidad ni en Corea del Norte. Y después de esperar muchísimo tiempo te sirven como si te estuvieran perdonando la vida. Un cero en todo.

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