Mucho tiempo hacía que le tenía yo ganas a este restaurante pero más que nada por el asunto de las cenas me lo pensaba demasiado, esa carretera tiene "muchas curvas".
Así que hoy he roto mis sanas costumbres y he decidido acercarme a comer y de paso damos un paseo por la costa que hace un día precioso para ello.
El edificio donde se ubica era una ferrería que se construyó en 1650, posteriormente pasó a ser un molino de cereal allá por el 1800 y hoy, además de ser un estupendo restaurante es prácticamente un museo que además sigue elaborando harina de maíz como antaño.
El exterior es también precioso con mesas de madera maciza, paseos, árboles de varios tipos, entre ellos algún limonero de los que ellos mismos han cogido varios limones con los que han preparado unos GTs.
El interior tiene a la vista el molino, con la cascada de agua y herramientas de todo tipo.
Mesas acordes al ambiente, de buen tamaño y muy bien vestidas. Buena cristalería, buena vajilla y cubertería.
El servicio muy atento y muy simpático en todo momento.
La carta es más bien corta y disponen de un par de menús, más corto y barato uno de ellos y el que hemos elegido nosotros, llamado Ingurukoa, sería como un Km 0, más o menos.
Nos traen un par de panes correctos que desentonan a mi parecer un tanto con el sitio y la comida pero todo no va a ser perfecto.
Comenzamos el recorrido con Royal de foie y leche de caserío presentado en una especie de tacita. Riquísimo, la mezcla del foie con la leche tipo crema era una perfecta conjunción de sabor, llevaba además unos trozos de frutos secos que realzaban aún más el plato.
Lomo de sardina sobre sopa de tomate la sardina estaba perfecta, el punto exacto, sabor a ello, sin "tropiezos" de ningún tipo. La sopa para mi sobraba, pero quizás realzaba la estética del plato que sin ella hubiese sido un pelín "soso".
Risotto de txipis y crema de panceta ibérica otro plato riquísimo, punto ideal del arroz, buenos trozos de txipis, la tinta co-jonuda, punto de sal maravilloso para mi. Sabor a raudales. Bien, muy bien. Y en cantidad más que suficiente para el menú.
Bonito confitado con begihaundi encebollado de nuevo producto de una calidad indiscutible, así se prepara un bonito, en su punto, esa carne de mar.... sabor y sabor con el toque del begihaundi que sin molestar le da un algo especial. Otro plato a destacar, sin duda.
Taco de entrecotte y parmentier de idiazabal la carne estaba de muerte, sin otra explicación. Le he preguntado que si estaba segura de que no era un trozo de txuleta y me ha dicho que no, pero es que estaba de haber pedido en ese mismo uno entero. La compañía estaba también rica, con el toque de queso idóneo, sin abusos y alguna fruta más de adorno que otra cosa así como un pequeño toque de mermelada de manzana. Yo agradezco los detalles visuales pero prefiero la carne así, como es. Lo dicho, maravilloso.
El primer postre, llamado Matices de nuestros cítricos presentado en una copa, con una espuma por encima y una especie de crema debajo. Suave pero intenso. Eso es un sorbete y lo demás es cuento. Otro plato de besar al cocinero. De éste sí que hubiese yo pedido repetir.
Para finalizar Lingote de chocolate y caramelo la presentación de diez, todo muy trabajado pero después del primer postre como que este nos ha dejado un poco así. Rico sí pero no espectacular como prácticamente el resto del menú. Me hubiese quedado yo más a gusto con el primer postre. Pero bueno, el trabajo y la estética merecen un aplauso.
Todo ello lo hemos regado con un Maestro Mateo Albariño 2011 como soy un completo ignorante no he conseguido terminar de saber a que aroma conocido me llevaba la nariz. Me ha gustado mucho el vino y ha sido muy capaz de soportar todos los platos del menú
Como no podía ser de otro modo hemos salido al exterior a tomarnos el cafecito y una copita de un PX que como ha venido ya en la copa no puedo decir cual era. No era espectacular pero difícilmente un vino así no se deja beber.
Como nota curiosa decir que había una boda y que los 120 invitados han pasado por nuestro lado y al menos una cuarta parte nos han deseado buen provecho. jajajajaja. Además los últimos los novios que esos ya lo han hecho con el resto de los comensales también. Anécdotas de la vida, que les vaya bonito.
Pues señores y señoras si tienen ustedes ocasión, no dejen de visitar este restaurante que creo que les hará pasar una velada de las de no olvidar fácilmente.