Taberna, que no restaurante

En mi primer lugar diferenciar del restaurante Casa Juan nacido, según creo, de la escisión familiar y situado en otra calle de Valencia. Este local ha mantenido su nombre desde el origen.

Se trata de un local en chaflán con opción de mesitas en la calle en el buen tiempo y en el interior una buena barra y un espacio no muy grande. En nuestro caso se cerró y apretando, pudimos estar el grupo de 40 excolegiales, a menú cerrado y pactado. Con varias mesas de diferentes tamaños y direcciones nos arreglamos bien.

Servicio en sala, que desconozco si es el habitual, que cumplió bien para dar de comer a tantos y todos a la vez. Copas, vajilla, cubertería, etc.. de batalla; servilletas de tela y cambio de platos justito. Servicio de vino de descorchar y autoservicio.

Desconozco carta de platos y vinos, aunque en el altillo de la barra se veían variedad de botellas a temperatura más que subida. 

Lo bebido fue cerveza de barril en jarras, agua Santolin y vino tinto (sin ofrecer otra opcion de blanco) Conde de Iznar crianza 2016 que permite buen precio final.

Lo comido y con servicio al centro (un plato para cada 4) de una ración suficiente:

. tomate, olivas y ventresca: buen tomate maduro y ventresca cumplidora.

. croquetas  de roquefort y otras de jamón: bien hechas, buen tamaño, sabor medio

. bravas: patata algo falta de fritura con salsas poco interesantes y una presentación más que básica

. sepia plancha con aceite y perejil: demasiado aceite, poco destacable

. titaina: servido demasiado frío con demasiada base líquida de tomate, pero bien de sabor aunque pocos tropezones

. revuelto de setas y jamón: elaboración correcta y bien de sabor.

. pescaditos fritos: boquerones más que regulares, salmonetes pequeños muy buenos, palayas buenas. Buen punto de fritura, nada aceitosos

. postre: fruta de melon, mango, tarta de Santiago, helado de chocolate. Cumplió.

Finalizamos con unos cafés al gusto y un buen rato de reavivar recuerdos colegiales y promesas de nuevos encuentros. 

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