No tenía perdón de dios.

Desayuno allí todos los días del año prácticamente. Está a cien metros del kurrelo. Sus tortillas son de lo mejorcito de la zona, sin duda. El local es pequeño, con algunas mesas más o menos grandes.
Servicio correcto para el tipo de restaurante donde lo que debería premiar es la calidad de la cocina y eso sí que tienen.
Siempre estábamos con lo de ir y nunca terminábamos de visitarles.
Con eso de las ansias de visitar y visitar, muchas veces nos olvidamos de lo casero, de lo que tenemos a nuestro lado.
Nos hacemos tan...... especiales que maltratamos a los nuestros.
Así que teníamos que arreglarlo y hoy lo hemos hecho.
Tienen una carta variada y ofrecen platos combinados, bocadillos, sandwiches, raciones..... pero hay confianza y hemos preferido que sean ellas mismas las que decidan lo que vamos a cenar.
Si no nos fiamos de los cocineros.......
Para beber tenía yo ganas de que algun@s probasen mi txakoli preferido y les ha gustado. Esa imagen del txakoli no terminamos de limpiarla.
Itsasmendi nº 7 cada día que lo bebo me ratifico más. Un señor vino blanco. Frutal, con la acidez exacta. Fresco. Gana a cada trago. Me encanta este vino.
Empezamos con Antxoas a la vinagreta y antxoas naturales en aceite las dos raciones ricas pero las naturales de maravilla. Sin un "pelo". Con un toque picante exacto. Muy ricas. Se nota que la cocinera es de mi quinta (bueno, un pelín más joven).
Ventresca con acompañamientos esto es una joyita. Qué fácil de comer. Acompañada con tomates txerri, pimientos rojos, un par de antxoas y un poco de pimiento verde. Muy rico y jugoso.
Pimientos verdes fritos de tamaño bocado. Ricosssssssssssss. Con el punto ideal de sal y sin pellejas duras. Carne y carne.
Croquetas de jamón generosa ración, con el relleno jugoso, nada seco. A mi me encanta frías, al día siguiente pero estas no van a llegar a mañana. Apetitosas.
Revuelto de hongos va llenándose el estómago, va resultando difícil tener ansiedad de comer. Este plato es difícil de que no guste. Huevos de los de verdad. La seta, que no termino de entender el porqué de que me encante pues no es que considere que tiene un sabor marcado, en su punto. Otro plato rico y sabroso.
Morcilla con pimientos rojos en este pueblo la morcilla tiene fama, mucha. A mi es un plato que me tiene enamorado. Muchas veces, al microondas, un minuto y a disfrutar. ¿Pecado? Que me quiten lo bailao. Quizás tenía un sabor un tanto distinto. No hemos sabido muy bien cual era el problema. Pero evidentemente el plato ha ido más que limpio a la cocina.
Aunque no tenemos hambre precisamente, no podíamos dejar de comer, teníamos algo de txakoli en la botella y había que acompañarlo con algo. Por un lado una Ración de queso curado ni lo sé ni me importa de que procedencia. Rico. Con sabor a queso curado. Ni textura de plastico ni jaimitadas similares. Un estupendo queso para rematar la faena.
En el tema dulce propiamente dicho Natillas caseras con dos.... galletas. Como las de mi amatxu. Ricasssssssssssss. Alguna que yo me sé, que no tenía hambre, casi ni las deja probar. A veces recordamos tiempos de la niñez cuando eso de dejar "mi juguete" era impensable. :-)))
Un co-jonudo pan casero riquísimo, sólo por el pan ya se puede visitar el local.
Un rico cortao y alguna infusión han terminado la velada.
Pues si vais por mi pueblo, no dudeis en visitarles, buena gente, con la "mala leche" exacta, como el picante.
Perdón por el retraso y prometemos tardar menos en volver.